Mientras desde la agricultura familiar se pide “debatir un nuevo modelo para el campo, basado en los conceptos de soberanía alimentaria”, la Mesa de Enlace prepara otro capítulo de su eterno pustch. “Hay que ir hacia una reforma agraria integral”, señaló desde el MCL Raúl Toto Galván.
“Planteamos un debate sobre lo que pasa con el tema de la tierra, para ver cómo podemos frenar la alarmante concentración y extranjerización que se está dando a través de las multinacionales y del agronegocio”, recalcó Raúl Toto Galván, quien como representante del MCL y miembro del Consejo Nacional de la Agricultura Familiar, participó en el Congreso Nacional por la Tierra que se realizó el fin de semana pasado en el Centro Recreativo Nacional ubicado en la localidad bonaerense de Ezeiza.
La convocatoria reunió a alrededor de 1500 productores de las 24 provincias y más de 25 organizaciones de la agricultura familiar, campesina e indígena y de la pesca artesanal, que se dieron cita para “debatir un nuevo modelo para el campo, basado en los conceptos de soberanía alimentaria”.
Fue en este contexto en el que se anunció que se va a llevar a cabo una “Gran Marcha Federal”, que está previsto que sea el punto culminante de un recorrido que incluye la realización de “mil ferias populares en todo el país” programadas para el 17 de abril en el marco del Día de las Luchas Campesinas y una jornada de movilización para el 19 en coincidencia con el Día de los Pueblos Originarios.
Ahí, Galván alertó que la extranjerización de la tierra “cada vez avanza más”, pese a que está vigente la Ley de Tierras Rurales que establece un límite del quince por ciento a toda titularidad de dominio o posesión de territorios rurales por parte de extranjeros.
“Ya sabemos que extranjeros siguen comprando territorios enteros y así se siguen quedando con nuestra soberanía”, insistió el representante del MCL tras lo que hizo hincapié en que es preciso “ir hacia una reforma agraria integral, porque hoy ya no se puede decir que la soberanía alimentaria tiene perspectiva de éxito si persiste el grado de concentración actual y de envenenamiento que se agrede a nuestro medioambiente”.
Por lo que sin dudarlo recalcó que, “hoy más que nunca, planteamos que se debe debatir seriamente sobre la necesidad de una reforma agraria integral, que permita que la tierra vuelva a ser parte de un debate que debe incluir para qué están los recursos naturales y sobre qué intereses se va a priorizar”.
La extorsión de “El Campo”
Mientras tanto, para hoy viernes está previsto que se reúna el Consejo Directivo Central de Federación Agraria, en un encuentro en el que de acuerdo a lo que dijo su titular Carlos Achetoni, “se tomará una determinación que luego se trasladará a la Mesa de Enlace” ¿Qué quiere decir todo esto? Que desde esta corporación medular para el agronegocio, se salen de la vaina para volver al bloqueo de rutas con el fin de presionar por nuevas medidas de subvención por parte del Estado para los empresarios agrupados en la Mesa de Enlace.
Achetoni se queja y amenaza ¿Pero será verdad que les está yendo tan mal? El lunes pasado y en poco más de una hora se agotó la línea de crédito subsidiado para los productores que dispuso el Banco Nación por un monto total de 2.500 millones, por lo que la entidad estatal decidió extender la oferta a otros 2.500.
Se trata de una línea crediticia por 22.500 millones para la producción y compra de maquinaria agrícola, que el banco estatal anunció con el beneficio extra de una tasa de interés fija de sólo 39,50 por ciento para quienes visitaran Expoagro.
Pero nada de esto debe sorprender, de acuerdo a datos que se desprenden de un informe de la Secretaría de Agricultura, el suministro de dólares a precio oficial para la importación de productos demandados por el agronegocio, creció durante 2022 un diez por ciento, esto representa un total de 9.355 millones.
Esto quiere decir que importaron por casi diez mil millones a dólar con precio oficial, pero merced al lobby que ejercieron, le torcieron el brazo al Gobierno para liquidar con precios diferenciales, en el caso del Dólar Soja 1 ganaron un veinte por ciento más y en el del Dólar Soja 2 un 35.
Y ahora van por la tercera edición del Dólar Soja, lo que explica el precalentamiento que comenzó a hacer Federación Agraria con los actos que convocó hace dos semanas junto al resto de la Mesa de Enlace. Ante esto, por ahora el Gobierno, habilita por medio del Banco Central otro tipo de instrumentos con los que busca fomentar que este sector se desprenda de todas sus tenencias de soja y no especulen con un eventual Plan Dólar soja 3.
Pero lo cierto es que, pese a esto, el sector agroexportador se vuelve a pintar la cara para demandar la eliminación de las retenciones a la soja, maíz, trigo y girasol, sabiendo que lo que haga puede ser alcohol sobre la herida de un Estado que tiene mucha dificultad para conseguir dólares, pero también que lo que para ellos es sólo un negocio con el que busca maximizar en extremo su tasa de rentabilidad, para la mayoría de los argentinos es el principio de una cadena que acaba condicionando qué es lo que se pone sobre la mesa a la hora de comer.
Y, sobre todo, comienzan esta nueva etapa del pustch sentados sobre alrededor de seis millones de toneladas de soja que todavía acovachan en silobolsas, lo que equivale a 3.400 millones de dólares en base a la cotización que este grano tiene actualmente en el Mercado de Chicago que es de cerca 566 dólares por tonelada.
Así las cosas, la sequía es la nueva excusa que Federación Agraria, Confederaciones Rurales Argentinas, Coninagro. Sociedad Rural y los “autoconvocados” por el macrismo, ponen sobre la mesa para exigir que se les de más subsidios estatales, mientras siguen descansando sobre los beneficios que les brinda la renta agraria diferencial de que disponen, cuyo producido -históricamente- en buena medida se acaba yendo por la cloaca del derroche, la financierización y el contrabando.
En este punto, vale destacar que además del Dólar Soja, durante los últimos meses, este sector recibió por parte del Estado Nacional una batería de subsidios que supera holgadamente aquello que se destinó a otras actividades. En esta lista hay que mencionar la puesta en marcha de un programa que incluye a más de 4500 pequeños y medianos productores de hasta cuatrocientas hectáreas de soja y cien de maíz, con una inversión estatal de 1.600 millones de pesos, así como el Programa de Impulso Tambero que dispone hasta seiscientos mil pesos por mes para tamberos de hasta cinco mil litros y un aporte adicional en el caso de aquellos de hasta 1500 litros.
Y el programa de compensación para productores de lana ovina que contempla a 1600 productores, por el que el Estado invierte más de mil millones de pesos, mientras que algo similar pasa con aquel orientado al fortalecimiento para los sectores aviar y porcino, como así el que se destina a productores de cría de ganado bovino, que está dirigido a asistir a los afectados por la falta de pasto que provocó la sequía. En este caso el Estado subsidia el cuarenta por ciento del costo que implica llevar a la cría a un feedlot para su engorde, lo que evita que el productor deba venderla a menor precio y antes de tiempo.
Por su parte, del otro lado de la moneda y sin contar con tanto apoyo estatal, los productores incluidos en la Agricultura Familiar se las ingenian para seguir adelante pese a que también los afecta la sequía y, por supuesto, tienen mucha menos espalda para aguantar sus consecuencias.
“Todo esto demuestra que realmente los que tienen la tierra son los que tienen el poder real, porque aquí y en todo el mundo los gobiernos están de paso, pero ellos tienen el poder real y se consideran el dueños del país”, reflexionó Galván y fue claro al señalar que “por eso creen que todos debemos estar al servicio de sus ganancias”.
Y, en este sentido, hizo hincapié en que “por eso es que presionan y van a seguir haciéndolo”, tras lo que advirtió que “esto es algo que no debe sorprendernos a los comunistas, porque lo hacen desde hace dos siglos y en este recorrido voltearon gobiernos, pusieron dictaduras, perpetraron genocidios y siguen manejando los medios de información y al Poder Judicial”.
Por lo que, finalizó, “desde el campo popular debemos tener claro que esto de revé, antes que nada, sabiendo que se debe recuperar nuestro territorio para ponerlo al servicio de un proyecto de país distinto”, ya que “no queda otra salida que distribuir la riqueza de una manera muy diferente a la actual”.