El Partido Comunista, La Fede y el Movimiento Territorial Liberación se va a movilizar para volver a pronunciarse contra “todo tipo de proscripción y, en particular, contra la que padece Cristina Fernández de Kirchner”.
Plaza de Mayo es el escenario elegido para el acto que, con Cristina Fernández de Kirchner como única oradora, va a tener lugar el próximo jueves 25 de mayo, convocado por diferentes partidos políticos, organizaciones sindicales, sociales y de Derechos Humanos.
Así fue confirmado tras un encuentro que celebraron en la sede nacional del Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor, entre otros, el titular de la cartera de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, el ministro de Desarrollo de la Comunidad bonaerense, Andrés Larroque, el secretario general de la CTA Hugo Yasky y su pares de ATE y el Sindicato de Canillitas, Daniel Catalano y Omar Planini, así como el diputado Leopoldo Moreau y el intendente de Ensenada, Mario Secco.
Durante esa jornada de movilización, también van a estar presentes el Partido Comunista, La Fede y el Movimiento Territorial Liberación, cuyas columnas van a marchar para volver a pronunciarse contra “todo tipo de proscripción y, en particular, contra la que padece Cristina Fernández de Kirchner”. Y, en este sentido, tal como lo destacó el PC, “no se puede abstraer la condena del Tribunal Oral Federal 2, que le impone una proscripción a ocupar cargos públicos, del proceso de persecución y hostigamiento mediático y judicial que se objetiva desde hace varios años contra la actual vicepresidenta”.
Asimismo, el PC advirtió que el caso de Cristina Fernández, “es el que por la trascendencia institucional de la víctima, pone más en evidencia el verdadero alcance del lawfare y las estrategias de Golpe Blando con que el Imperio agrede a todo proceso político que, aunque sea sutilmente, cuestione sus pretensiones geopolíticas, geoeconómicas y geoestratégicas”.
Por eso es que no dudó en vincular a este tipo de técnicas, con el proceso de agresión y violencia institucional que arreció durante la Presidencia Macri, que dejó como saldo varios presos políticos -de los que muchos todavía padecen prisión- y una deuda fraudulenta que fue contraída en forma ilegal, que además es ilegítima y materialmente impagable.
Y, en esta dirección, hizo hincapié en que es preciso que se lleve a cabo una “investigación cierta de esa deuda ilícita y fraudulenta y que no se efectúen pagos durante su transcurso”, pero también señaló que “ante un Poder Judicial que desde la Corte Suprema hasta la jueza María Eugenia Capuchetti, da señales claras de que no se va avanzar en tal sentido”, se vuelve preciso “redoblar la movilización y ganar las calles para exigirlo”.
Por lo que, sin dudarlo, volvió a reclamar que el Gobierno Nacional deje sin efecto la renegociación del Stand-By con el FMI que hizo durante 2022, que atenta contra cualquier posibilidad de crecimiento sustentable, constituye un cercenamiento de la soberanía nacional y condena al hambre a varias generaciones de trabajadores argentinos.
De ahí que resulte ineludible que al marchar el jueves próximo hacia Plaza de Mayo, los comunistas lo hagamos también con estas banderas, pero asimismo con la certeza de que es crucial que esa jornada sea un momento de definiciones políticas que se sustenten en el volumen que seguramente va a tener la movilización y que es preciso no desaprovechar.
Porque las proscripciones, las persecuciones y presos políticos el lawfare, como así el pustch que con ataques inflacionarios y corridas cambiarias anticipan cada un nuevo capítulo del Golpe Blando, tienen una finalidad última que es llevar adelante una nueva vuelta de rosca en la transferencia regresiva de riqueza que se viene perpetrando en beneficio de una clase capitalista cada vez más parasitaria y transnacionalizada que actúa en Argentina.
Es esa clase capitalista la que busca legitimarse en las Presidenciales de octubre. Y por eso resulta urgente que la jornada del jueves sirva, también, como un cabildo abierto que demande al Gobierno medidas de coyuntura entre las que un aumento general de emergencia y la reducción de horas de trabajo, no deben estar ausentes.
Pero asimismo, se presenta como una excelente oportunidad para insistir en la necesidad de que junto a otros partidos políticos, movimientos sociales y centrales sindicales, articulemos una respuesta táctica que debe plasmarse en la construcción urgente un plan de lucha y movilización que salga al cruce de la constante presión que perpetra el bloque de derecha. Y para que se de el paso inicial para la elaboración de un programa de gobierno de cara a las Presidenciales.
Para ello, desde el Partido Comunista ponemos a disposición nuestras propuestas programáticas, lo hacemos como un aporte militante y desde la certeza de que no queda demasiado margen de error, ya que la clase capitalista tiene una herramienta política y electoral que demostró ser eficaz. Y, ante esto, es necesario construir movilización y masa crítica que debe tener su núcleo duro en la clase trabajadora, pero que a su vez vaya de la mano de un programa que sea capaz de exhibir que aquello de que la cosa es “con todo el pueblo adentro”, puede ser una realidad.