Se van a cumplir tres años del atroz crimen de la militante del Partido Comunista de San Jorge y la investigación judicial persiste estancada.
Dentro de un mes se van a cumplir tres años del asesinato de Florencia Gómez Pouillastrou y su crimen permanece impune, lo que además de lo doloroso que sigue siendo la muerte de esta destacada referente de la lucha feminista y del Partido Comunista, su asesinato constituye un caso paradigmático de las características que tiene el Poder Judicial en Argentina, lo que pone en negro sobre blanco la necesidad de una reforma judicial que contemple entre sus tópicos a la mirada de género.
Florencia Gómez Pouillastrou tenía 35 años cuando salió de su casa el mediodía del 12 de octubre de 2020 y poco después fue hallada muerta en un camino rural. Una semana más tarde de que se perpetrara el crimen, el Partido Comunista solicitó ser incorporado a la causa en calidad de querellante a partir de “la reconocida militancia social y política de víctima por los derechos de los más vulnerables”. Pero este pedido fue rechazado por el juez a cargo de la investigación del femicidio, Pablo Ruiz Staiger.
Y la postura de Ruiz Staiger se mantuvo inamovible, pese a que poco después se presentó un documento firmado por alrededor de quinientas personas que, a instancias de la Corriente Lohana Berkins, volvieron a pedir que se permita que los abogados del PC accedan al expediente en carácter de querellantes.
Pese a esto el PC nunca abandonó su reclamo y el 12 de abril, en Rosario, construyó un Tribunal Ético Popular como mecanismo utilizado para visibilización, recolección de prueba y testimonio en este caso en el que la inacción del Poder Judicial hace que se niegue a las víctimas el acceso a la justicia. Y, asimismo, como un espacio que busca aportar al esclarecimiento de un crimen que tiene un claro tinte político y que sirvió para denunciar el papel de un Poder Judicial diseñado para defender los intereses de la clase capitalista que posee un preocupante componente patriarcal.
En ese momento, en conferencia de prensa, el fiscal Omar De Pedro volvió a desestimar la hipótesis que vincula el asesinato de Florencia Gómez Pouillastrou con la actividad política que venía llevando adelante en San Jorge y su zona de influencia. Pasaron cinco meses y la investigación judicial no avanzó ni un ápice.
“Florencia fue una gran militante y referente de toda la región” recordó oportunamente desde la Federación Juvenil Comunista de San Jorge, Aldana Folken y remarcó que “San Jorge fue epicentro de la prostitución durante mucho tiempo” y en este difícil contexto, “la posibilidad de no caer en redes de prostitución era una de las salidas que ofrecía Florencia”, por eso “no tenemos dudas de que su femicidio tuvo que ver con esa batalla que ella daba”. Y recalcó que su crimen buscó también disciplinar a quienes enfrentan a las mafias de la trata en la región y, por lo tanto, se trató de “un femicidio político”.