Ante las declaraciones de los funcionarios de María Eugenia Vidal, los docentes bonaerenses recalcan que la devaluación profundiza la pérdida de poder adquisitivo.
“Los docentes no van a recibir bono porque tuvieron la mejor paritaria del país”, señaló Marcelo Villegas, Ministro de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires, en unas declaraciones que lejos están de la realidad: un salario docente que día a día pierde su poder adquisitivo ante la megadevaluación del Gobierno Cambiemos.
Desde la asunción de Mauricio Macri en diciembre de 2015, el salario docente perdió alrededor de catorce puntos respecto de la inflación. Así lo detalló un informe del Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Avellaneda (Undav), en el que señala la caída del sueldo en la educación inicial es del 14,5 por ciento y en la universitaria del 17.
Y tras las declaraciones de Villegas, Suteba salió a marcar la cancha sobre la situación salarial que enfrentan. “Realizamos una presentación hace 15 días ante el incumplimiento con la ley de paritarias”, remarcó la secretaria adjunta de Suteba, María Laura Torre, que añadió: “si bien la paritaria que firmamos incluye cláusula gatillo, se ejecuta cada tres meses. Ahora estamos diciendo que no alcanza en este momento y que tienen que hacerla mensualmente. Tenemos que cobrar en octubre la inflación de agosto y de septiembre. Es fundamental porque no queremos perder poder adquisitivo. La última actualización la cobramos en el mes de agosto, que fue de mayo, junio y julio”.
En ese sentido, Alba Silberstein, integrante de la Agrupación Violeta de San Martín-Tres de Febrero, remarcó que “la lucha docente nos permitió lograr la cláusula gatillo, pero la subida del dólar de agosto y septiembre requiere un nuevo llamado a paritarias”.
Asimismo enfatizó que “en el macrismo la inflación nos pasó por arriba, y aunque este año logramos cierta recomposición, nuestro salario está completamente devaluado desde 2016”.
Una pérdida sustancial
Cambiemos vino a realizar una transferencia de recursos y una fuga de divisas sin precedentes. Tal desguace a los trabajadores se garantiza a partir de una feroz devaluación que destruye el salario argentino, arrasa con el mercado interno y ahoga al pueblo con precios irrisorios de tarifas y alimentos.
En agosto de 2015, el mínimo docente se encontraba en los 5600 pesos que eran 622 dólares si tenemos en cuenta que la divisa norteamericana se encontraba a nueve pesos. Allí las consultoras más pesimistas arrojaban una proyección de 25 por ciento de inflación.
Tras la victoria del PRO, la educación pública en su conjunto quedó inmersa en un escenario de recorte que atacó todos los frentes: infraestructura, programas educativos y sueldos. El plan de la embajada estadounidense para Argentina se profundizó tras el acuerdo con el FMI: una firma que garantizó la miseria y el hambre que el ejecutivo de Mauricio Macri vino a traer a la Argentina de la mano del imperialismo. Y esa miseria se manifestó en un salario docente megadevaluado que representa 221 dólares, con una inflación del sesenta por ciento para la consultora más optimista.