Hoy se prevé que Sergio Massa le entregue a la Mesa de Enlace su propuesta para paliar los efectos de la sequía. “Como siempre el Estado Nacional sale a socorrer a los más grandes”, denunció el coordinador de la Unión de Campesinos Poriajhú, Raúl Toto Galván.
Se espera que hoy martes por la tarde, Sergio Massa vuelva a reunirse con los representantes de la Mesa de Enlace y la Mesa Agroalimentaria, en lo que sería la previa del anuncio que el ministro de Economía haría esta semana respecto a las nuevas medidas dispuestas por el Gobierno Nacional para apoyar a la producción agropecuaria que, en buena parte del país, se ve afectada seriamente a raíz de la sequía.
La cita es en la sede del Palacio de Hacienda, donde también estarán presentes el secretario de Agricultura, Juan José Bahillo y otros funcionarios de áreas involucradas con el paquete de medidas de asistencia, en el que trabaja la cartera económica a partir del pedido que hicieron las entidades que forman parte de esas corporaciones empresariales.
Hace diez días Massa recibió a la cúpula de la Mesa de Enlace que volvió a reclamar la eliminación de retenciones y la unificación de los diferentes tipos de cambio lo que si se llevara a cabo, entre otras cosas, implicaría un abrupto ajuste.
Pero también y con un criterio más realista, le hicieron al gobierno el pedido de algunas medidas que saben que el ministro Massa es permeable a estudiar. Así solicitaron asistencia impositiva y fiscal, también de tipo financiero y líneas de ayuda directa para los productores que estas entidades representan, lo que en buen castellano no es otra cosa que más subsidios, así como la suspensión de anticipos del impuesto a las Ganancias, prórrogas o exención según sea el caso de impuestos provinciales, y que se modifique el cálculo del impuesto a las Ganancias para la venta forzosa de hacienda.
Todo esto se suma los beneficios que este sector obtuvo por el dólar soja, que le arrancaron al gobierno a fuerza de sentarse sobre los silobolsas. Sólo en su etapa inicial, esta medida transfirió casi seiscientos mil millones de pesos, en concepto de retenciones, desde las arcas del Estado hacia los bolsillos de un puñado de empresarios dedicados a la exportación de oleaginosas, mega productores y grupos de siembra.
¿Pero qué pasa con la agricultura familiar? ¿Será caso que sus protagonistas recibieron el mismo trato por parte del Estado? ¿Acaso fueron afortunados y no se vieron afectados por la sequía?
“Esta es una de las sequías más grandes que hemos tenido y encima se va prolongando”, lamentó el coordinador de la Unión de Campesinos Poriajhú, Raúl Toto Galván, y añadió que después de tres años consecutivos de sequía, “sufrimos una situación extrema en la provincia del Chaco, con los intensos calores y falta de agua que quemó prácticamente todo lo que sea plantaciones, y en el tema animales las pérdidas son muy grandes porque se mueren y también hay una considerable pérdida de kilos de los que quedan vivos”.
Y, con este telón de fondo, advirtió que “como siempre el Estado Nacional sale a socorrer a los más grandes, a lo más concentrado, a los que les vienen dando ya subsidios por distintas vías como el dólar soja que benefició a los exportadores, grandes empresas transnacionales y a la agricultura concentrada”, al tiempo que “no conforme con eso, también los subsidian con 43 mil millones de pesos para que puedan sacar créditos blandos”.
Mientras tanto, por abajo, en Chaco “estamos articulando con otras organizaciones con las que coincidimos en que no ha llegado nada, ni siquiera una promesa para la agricultura familiar” y en este sentido, Galván recordó que “aquí existen los consorcios de servicios rurales que aglutinan al ochenta por ciento de la agricultura familiar y hay una ley que destina un presupuesto de la provincia que viene del Fondo Nacional Algodonero y del Impuesto Inmobiliario Rural, pero como venimos de emergencia en emergencia, este fondo ha mermado y para la agricultura familiar prácticamente no hay nada”.
Y ejemplificó: “a los consorcios de servicios rurales le han dado 500 litros de gasoil por consorcio, lo que una vez dividido por los socios de cada uno, da 5 litros de gasoil por productor ¡esto es prácticamente nada, ni alcanza para matar las hormigas!”.
Así las cosas, el 16 de febrero la sede de la Cooperativa Poriajhú va ser el escenario de un encuentro regional, “donde vamos a discutir estas cosas y a definir un plan de acción para profundizar los reclamos que tenemos como agricultura familiar”, resaltó Galván y fue claro al sostener que “le planteamos a Jorge Capitanich y al gobierno nacional que nos digan si realmente la agricultura familiar está en sus planes, y si nos ven como un objeto de asistencialismo o como un sujeto para jugar el papel que debemos jugar, que es garantizar la producción de alimentos para la soberanía alimentaria”.