Así lo planteó el secretario Sindical del PC, Ignacio Cámpora, y sostuvo que esa tarea debe darse “en unidad con los que estén dispuestos a luchar”, por lo que es preciso construir “mayor unidad y más capacidad de lucha en los sectores de trabajo”, pero también “proponer alternativa política desde una izquierda antiimperialista y antifascista”.
—El salario mínimo, vital y móvil se fijó en 279.718, por decreto, merced a un acuerdo entre las patronales y el gobierno, y sin la participación de las centrales sindicales ¿Qué mensaje envía esto para 2025?
—Además es cada vez más fuerte el rumor de que el objetivo del gobierno es paritarias cero después de marzo sumado a lo que mencionás del Salario Mínimo Vital y Móvil por decreto. El mensaje para este año que comienza es de un ajuste sostenido contra los trabajadores de más de un año. El carácter de este gobierno es claro: maximizar la ganancia de los grandes capitales, continuar con el recorte del gasto fiscal en el sector público así como continuar con la eliminación del empleo industrial, por caída del consumo, falta de incentivos y apertura de importaciones profundizando una tendencia de todo 2024, que es la pérdida de empleo asalariado y el alza de las y los monotributistas y economía de plataformas y claro, el trabajo en negro.
—Trascartón un sector de la CGT se reunió con Sandra Pettovello para repasar “los logros de 2024”. Estuvieron Gerardo Martínez y Jorge Sola, pero también empresarios…
—El rol de la CGT después de las movilizaciones y el paro de principios del año pasado fue casi nulo…Como factor de poder y representación principal de los y las trabajadoras de nuestro país negoció temas vinculados al DNU 70/2023 y la Ley Bases, la discusión por las obras sociales y se limitaron a un par de declaraciones “alertando” o “expresando su preocupación” al gobierno. Días atrás se desayunaron con la resolución 1/25 del Ministerio de Salud que es el comienzo de la desregulación efectiva de las obras sociales sindicales, pasamos de ser afiliados a ser usuarios de prepagas, si las podemos pagar, claro.
—Todo en un contexto en el que la informalidad laboral se catapultó casi al 37 por ciento…
—Sí, es un número que nos preocupa y que se dispara en estas etapas donde la pérdida de empleo formal asalariado hoy suma más de 35 mil puestos de trabajo en el sector público y los más de 115 mil en el sector privado, a esto hay que sumar también el congelamiento y la baja de los llamados planes sociales.
—Cae el empleo conveniado y aumenta la cantidad de trabajadores que encuentran una salida en el monotributo, pero también los que se ven seducidos por aquello de “convertirse en su propio patrón” ¿Cómo lee usted esta transformación de la relación entre los universos del trabajo y el capital, este corrimiento hacia el precariado como forma preponderante en ese vínculo?
—Sí, el número de monotributistas se incrementó en un diez por ciento en 2024 superando los 2,1 millones de trabajadores bajo ese régimen. Ahí entran en juego dos variables. Por un lado, los emprendedores o cuentapropistas que venden o fabrican algún producto o servicio para garantizar su sustento, esto se vende como algo simple y exitoso, como si todos y todas pudieran lograr por las redes sociales y los medios de comunicación del sistema ese supuesto éxito y no es así, es un trabajo súper esforzado y no siempre sale bien, más en un contexto de crisis como el actual.
La otra variable son las y los trabajadores de apps, una salida rápida de ingreso para quien tiene una camionetita, un auto, una moto o incluso una bicicleta, ante la destrucción del empleo asalariado. Estas variantes ofrecen una salida laboral de ultra precarización y explotación por una empresa multinacional. Es un fenómeno que tenemos que abordar y analizar en profundidad porque llegó para quedarse y hoy tiene el visto bueno del gobierno libertario.
—En su primer año, la Presidencia Milei dejó en la calle a miles de estatales, en el sector privado hay cerca de cincuenta conflictos activos y de acuerdo a un reciente informe del Cepa se perdieron más de 261 mil empleos registrados ¿Hace falta algo más para que las centrales sindicales articulen un plan de lucha y, en tal caso, qué características debería tener?
—Ya mencionamos a la CGT y su inactividad premeditada.
Hay que ver si reaccionan por lo de las obras sociales, aunque sea corporativamente. Tienen planteada una reunión de mesa chica por el tema en estos días. Después están las dos CTA con algunas iniciativas a fines del año pasado, como la Jornada Federal de Lucha del 5 de diciembre con acto central en Plaza de Mayo y plenarios de sus conducciones y también de trabajadores y trabajadoras. Lo que falta es un plan de lucha sostenido, con paros y movilización. Muchos dicen que no hay condiciones y que la gente tiene miedo, en parte puede ser verdad pero aún así hay que proponerlo. Nuestro pueblo tiene historia y tiene memoria para defender sus derechos, la prueba es la movilización del 1F, convocada originalmente por el colectivo lgtbq+ y ampliada en sólo una semana al conjunto del pueblo ante las brutales declaraciones de Milei en Davos. La consigna no puede ser anecdótica, porque fue una Marcha Federal Antifascista y Antirracista. La derrota de este gobierno es en las calles, en unidad con los que estén dispuestos a luchar.
—Mientras tanto, con la Ley Bases abajo del brazo, el gobierno y la clase capitalista que actúa en el país van por su reforma laboral…
—Romper la negociación colectiva, el sistema solidario de obras sociales y desregular el mercado laboral es un objetivo estratégico de este gobierno así como siguen pulseando el pasaje de la justicia laboral a la órbita de la Ciudad, un viejo sueño de los gobiernos liberales y el empresariado. Frente a eso nuestra tarea como decíamos en la pregunta anterior es mayor unidad y más capacidad de lucha, en los sectores de trabajo, en las empresas y en las fábricas no hay otro camino.
—2025 va a ser un año importante para la Federación Sindical Mundial ¿Qué se puede decir al respecto?
—En octubre es el ochenta aniversario de la Federación Sindical Mundial (FSM). Después del Congreso de Roma en 2022 y de una reunión muy importante de la Unión Internacional Sindical, con organizaciones por rama de producción o de servicios, a fines de 2024 en Atenas se definió relanzar su trabajo y la actividad del Instituto Obrero Internacional, el think tank de la FSM, para profundizar el análisis en temas como la inteligencia artificial o en la necesidad de reducción de la jornada laboral. Esto junto a la vuelta a participar de la reunión anual de la OIT para tener voz en ese ámbito son buenos indicios para lo que viene. La FSM superó los 105 millones de afiliados y afiliadas en todo el mundo y busca discutir el modelo sindical de conciliación de clases de los sectores socialdemócratas y cristianos para proponer un sindicalismo de clase, antiimperialista y anticapitalista con un horizonte socialista.
En Argentina sería muy importante tener una actividad de las organizaciones sindicales afiliadas, entre ellas la CoNaT, celebrando los ochenta años y vamos a trabajar en eso con los compañeros del Cuero, Mineros, ATE Capital, Luz y Fuerza, Portuarios y todos los que se quieran sumar.
—Y también lo será para la CoNaT de cara al Congreso que se prevé celebrar en mayo…
—Lo estamos discutiendo. Estamos evaluando si este año atravesado por elecciones anticipadas en varios regionales y otras de gremios, como por ejemplo las de los gremios de base de Ctera como Agmer, Unter y Amsafé, hacemos finalmente el Congreso o avanzamos con plenarios regionales y uno nacional en la fecha que mencionás. Aún así hubo plenarios a fines de 2024 de la CoNaT en Ciudad de Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ríos y dos reuniones de la Comisión Sindical Nacional para ir avanzando colectivamente sobre estos temas y otros como la unidad de las CTA, la reconstitución de las coordinaciones nacionales por gremios, etc. Pero nuestra línea tiene que ser clara por un sindicalismo de liberación, que confronte y sea parte de la derrota de Milei y su proyecto fascista en la defensa de nuestra clase.
—¿Cuáles son las principales tareas que el Partido Comunista se propone llevar a cabo para desplegar su línea dentro del universo del trabajo durante el año que comienza?
—Como parte de las resoluciones del Congreso, la reconstitución de la comisión nacional sindical es una, para fortalecer nuestro trabajo en el mundo sindical potenciando la concentración en los distintos regionales y sobre todo la constitución de organismos básicos. Representación tenemos y queremos crecer en calidad y en cantidad. Otra resolución, que va de la mano, pasa por el desarrollo de la CoNaT que hablábamos en la pregunta anterior.
—El que acabó fue un año terrible para los trabajadores ¿Qué expectativas tiene para este 2025?
—El panorama es complejo, el gobierno no da signos de aflojar con el ataque al sector público y al sector industrial, que son dos de los grandes núcleos de trabajadores y trabajadoras de nuestro país, ni tampoco a los jubilados. Insisto sobre lo interesante del 1F. El desafío es que ese activo que se movilizó encuentre referencia política en nuestro Partido y en las organizaciones de trabajadores y trabajadoras como las CTA y otras. Es año electoral y eso a partir de marzo va a significar que todo gire por ahí y nuestro desafío es no abandonar la calle y proponer alternativa política desde una izquierda antiimperialista y antifascista para derrotar a Milei.