El Partido Comunista de Irlanda exigió que el gobierno de Gran Bretaña libere la información que posee sobre los atentados perpetrados por el grupo paramilitar Fuerza de Voluntarios del Ulster en Dublín y Monaghan.
“En un momento en que la clase dominante irlandesa quiere vínculos más estrechos con la Otan, debe recordarse que Gran Bretaña era en 1974 y sigue siendo, uno de los miembros más agresivos de la Alianza Atlántica”, recordó el Partido Comunista de Irlanda (PCI) al conmemorarse el 50 aniversario atentados de Dublín y Monaghan, perpetrados por el grupo paramilitar Fuerza de Voluntarios del Ulster, en el que fueron asesinados treinta y tres irlandeses, al tiempo que trescientos sufrieron heridas de diferente consideración.
Vale señalar que ese grupo paramilitar actuaba con el abierto apoyo del gobierno británico y que los atentados fueron perpetrados en el marco del rechazo al Acuerdo de Sunningdale que, un año antes, intentó acabar con el conflicto desatado en Irlanda del Norte entre unionistas y nacionalistas que bregan por la reunificación de las dos irlandas.
“Este ataque demuestra que a Gran Bretaña no le importan la democracia, la neutralidad y la soberanía irlandesas”, hizo hincapié el PCI y recalcó que “entonces como ahora”, Londres sigue “protegiendo sus intereses e interfiriendo en los asuntos del pueblo irlandés”, por lo que “cada generación debe aprender la lección que deja la historia que señala que el imperialismo británico no tiene amigos, sino sólo intereses a los que servir y perseguir”.
Al respecto remarcó que el bombardeo “se llevó a cabo bajo la dirección y coordinación de la Inteligencia Militar del Estado británico, utilizando sus fuerzas paramilitares leales, en esta ocasión, la Fuerza de Voluntarios del Ulster” que son responsables de las tres bombas que explotaron en dos calles sumamente transitadas de Dublín, cuando cientos de trabajadores estaban realizando sus compras y regresando a sus casas después del trabajo. La tercera bomba detonada en Dublín exploró cerca de la céntrica Kildare St., mientras que el artefacto de Monaghan fue detonando en el corazón de la ciudad.
Por otra parte, el PCI destacó que el ataque “fue un mensaje por parte del Estado británico hacia el gobierno y el pueblo irlandés, sobre las probables consecuencias de cualquier apoyo o solidaridad con los nacionalistas en los seis condados”, que es como se conoce a la zona católica y no unionista de Irlanda del Norte.
Y puntualizó que cinco décadas más tarde, Londres “continúa bloqueando y evadiendo su responsabilidad de suministrar todos los materiales probatorios relacionados con estos acontecimientos, que representan un crimen dirigido por el Estado británico que ha protegido y continúa protegiendo a todos aquellos que planearon y llevaron a cabo los atentados”.