Luego del asalto y robo a un gran buque petrolero por parte de Estados Unidos en Mar Caribe, con el que intenta profundizar el ahogo económico sobre Cuba y Venezuela, Trump afirmó que ahora podría extender las acciones militares desplegadas en la región sobre Colombia y México. Ante estas agresiones, que no cesan de crecer en intensidad y gravedad, Marcelo Rodríguez, secretario de Relaciones Internacionales del PC, llamó a construir un gran frente antiimperialista en cada uno de los países de la región y abogó por la unidad regional para enfrentar las amenazas de Trump.
En las últimas horas, las acciones militares de Estados Unidos en el Mar Caribe se han incrementado de forma alarmante. La principal novedad, que pone sobre relieve no solo la prioridad que el gobierno de Trump le otorga a la región sino también la desesperación en la que está hundido el Imperio ante su declive fue el asalto y robo a un gran buque petrolero sobre el mar venezolano. El presidente de Estados Unidos no solo justificó la acción militar, en verdad un auténtico acto de piratería imperial; también afirmó que podría extender las acciones militares sobre otros países de la región, en especial sobre Colombia y México. “Estados Unidos se va a quedar con el petróleo incautado”, amenazó sin eufemismos Donald Trump horas después de haber declarado que “Maduro tiene las horas contadas”.
Al respecto, Marcelo Rodríguez, secretario de Relaciones Internacionales del PC, manifestó que “el asalto constituye una muestra que confirma la intensificación de la agresión del imperialismo yanqui sobre el pueblo venezolano y su gobierno”. El asalto, digno de un ejército pirata, “forma parte de la escalada en las agresiones, que ya se cobró la vida de más de cien pescadores caribeños, asesinados por las fuerzas militares que tiene desplegadas Estados Unidos en la región, en el marco de un giro geopolítico por parte del imperio, que vuelve a concentrar sus objetivos estratégicos en el hemisferio y, especialmente, en América Latina”, puntualizó.
Tanto el asalto como las nuevas amenazas de Trump, “se inscriben en la nueva estructura del plan de seguridad nacional diseñado por el Pentágono en las últimas semanas”, explicó. Y agregó que “la nueva política internacional de Estados Unidos reivindica la vieja Doctrina Monroe —que nunca fue del todo abandonada— y hasta se da el tupé de calificar a esta nueva etapa como el ‘corolario Trump’ de esta Doctrina”. Vale recordar que la Doctrina Monroe, proclamada por el presidente estadounidense James Monroe en 1823, fue una política exterior que estableció que cualquier intervención europea en los asuntos de América sería vista como un acto hostil hacia Estados Unidos, bajo el lema “América para los americanos”. Hoy, la preocupación de Estados Unidos ya no radica en la expansión económica de Europa sobre el continente latinoamericano, al que desde entonces consideran como su “patio trasero”, sino en la presencia de China y, especialmente, en la sobrevida de todo tipo de expresión política que se contraponga a los intereses de Washington en la región.
“Todo esto reafirma que el imperialismo yanqui se encuentra en una fase aguda e irreversible de decadencia y debilitamiento, y forma parte de sus intentos desesperados por retrasar la consolidación de China como el nuevo epicentro económico del mundo”, analizó Rodríguez. Pero también, “pone sobre relieve la desesperación estadounidense por reafirmar una hegemonía que ya no posee, en un mundo cada vez más multipolar”. En síntesis, “la última carta que tiene el imperio en sus manos es dar un golpe sobre la mesa y reafirmar su hegemonía sobre América Latina, pero ya no puede hacerlo como antes y tiene que recurrir al uso de la fuerza militar como última medida”.
Queda claro entonces que “el antiimperialismo en América Latina recobra su vigencia histórica y se convierte en el principal problema político, económico y cultural del continente”, afirmó el dirigente del PC. “Quienes luchamos por la soberanía nacional y el socialismo tenemos la obligación de tomar con fuerza las banderas de la emancipación y proclamar la necesidad urgente de conquistar la segunda y definitiva independencia de los pueblos latinoamericanos”, profundizó. Por eso, “resulta indispensable que las fuerzas políticas y populares nos unamos en defensa de los pueblo de Cuba y de Venezuela, pero también de Nicaragua, Colombia y México, que sufren un acoso constante por parte del Imperio”. Asimismo, hizo un llamado a denunciar y rechazar la injerencia de Estados Unidos sobre los procesos electorales de Argentina y Honduras. “Nos enfrentamos a una injerencia cada vez más brutal y descarada y para contrarrestarla es necesario que construyamos un gran frente antiimperialista en cada uno de nuestros países, que asimismo puedan alcanzar importantes grados de unidad y desarrollo regional para enfrentar la amenaza que representa el gobierno de Donald Trump para todos los latinoamericanos”, concluyó.