La premier Takaichi dijo que las Fuerzas de Autodefensa de su país podrían intervenir en el estrecho de Taiwán a favor del régimen instalado en Taipéi ¿Qué se esconde detrás de esta amenaza? “Esto debe interpretarse dentro del reordenamiento internacional que muestra como ganador al multilateralismo”, señaló Marcelo Rodríguez a Radio Rebelde de San Luis.
“Hay varios antecedentes históricos que hablan de una relación conflictiva”, señaló el secretario de Relaciones Internacionales del partido Comunista, Marcelo F. Rodríguez, al referirse a la creciente tensión que en estos días puede verse entre la República Popular China y el Japón, después de que la primera ministra nipona, Sanae Takaichi, sugiriera que las Fuerzas de Autodefensa de su país podrían intervenir en un eventual conflicto en el estrecho de Taiwán a favor del régimen instalado en Taipéi.
Como no podía ser de otra manera, estos dichos no pasaron desapercibidos para la República Popular China, que tras advertir que Tokio “cruzó una línea roja”, denunció que Takaichi busca una “confrontación militar” con su plan para desplegar misiles de medio alcance cerca de Taiwán, más precisamente en la isla de Yonaguni que se ubica a unos 110 kilómetros de Taiwán.
Al respecto, el ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi, fue claro cuando en relación a tales comentarios, subrayó que “es chocante que los actuales líderes de Japón hayan enviado públicamente la señal equivocada de intentar una intervención militar en la cuestión de Taiwán, que hayan dicho cosas que no deberían haber dicho y hayan cruzado una línea roja que no deberían haber tocado”. Y, asimismo, añadió que Beijing debe “responder resueltamente” a las aseveraciones de la primera ministra y que todos los países tienen la responsabilidad de “impedir el resurgimiento del militarismo japonés”.
Desde el PC de la Argentina, Rodríguez señaló esta compleja historia bilateral recordando que, tras la guerra de 1895, “el Imperio Japonés tomó el gobierno de Taiwán y se quedó ahí hasta 1945”. Agregó que la relación sufrió tensiones posteriores, especialmente “durante la Guerra de Corea, porque el gobierno japonés apoyó a Estados Unidos”. No fue hasta 1972 que Japón reconoció a la República Popular China. “Este acercamiento culminó en 1998 con la firma de una declaración conjunta de amistad, marco en el cual Tokio admite la política de una sola China”, explicó Rodríguez.
Ahora la cosa vuelve a tensionarse con las declaraciones de la primera ministra japonesa “que dijo que una eventual acción de Beijing contra Traiwán podría constituir una crisis de supervivencia para Japón y sugirió que en ese escenario podría enviar fuerzas militares, algo que el gobierno chino repudió y adoptó medidas en consonancia”.
Al respecto, puntualizó Rodríguez que, entre las medidas adoptadas por el gobierno de Xi Jinping, se recomendó a los ciudadanos chinos que no viajen a Japón. La medida provocó “que se cancelen medio millón viajes turísticos, lo que repercutió en la cancelación también de reservas hoteleras, algo que tiene un peso importante para ese sector de la economía japonesa”, ya que “el veintisiete por ciento de los ingresos que tiene por turismo provienen de China”.
La reacción china también se hizo escuchar en la ONU, donde su representante, Fu Cong, presentó una carta al secretario general, António Guterres, en la que se puntualiza que “es la primera vez que Japón expresa ambiciones de intervenir militarmente en la cuestión de Taiwán y la primera vez que emite una amenaza de uso de la fuerza contra China, desafiando abiertamente sus intereses fundamentales”, al tiempo que recalcó que las declaraciones hechas por Sanae Takaichi, “son gravemente erróneas y extremadamente peligrosas, con una naturaleza e impacto profundamente maliciosos”.
Tras lamentar que “pese a las repetidas gestiones y protestas de China, la parte japonesa se niega a arrepentirse o retirar sus afirmaciones incorrectas”, la misiva subrayó que “Taiwán es territorio sagrado de China y que la resolución de esa cuestión corresponde al pueblo chino, sin admitir injerencias externas”. Por ello, adviertó que “si Japón se atreviera a intentar una intervención armada en la situación a través del Estrecho, ello constituiría un acto de agresión” que facultaría a la República Popular a “ejercer de manera resuelta su derecho a la autodefensa, conforme a la Carta de la ONU y al derecho internacional, y a defender firmemente su soberanía e integridad territorial”.
En este contexto, Rodríguez destacó que “esta tensión echa más leña al fuego en el conflicto en Asia-Pacífico, el cual debe interpretarse dentro del reordenamiento que se está viviendo a nivel internacional y que va mostrando como ganador al multilateralismo”. Ante esta situación, “crecen las presiones de Estados Unidos para sostener sus posiciones y alianzas en el mundo”, por lo que “no podemos dejar de ver las acciones del gobierno japonés sin el impulso estadounidense que, con eje en Taiwán, sigue intentando enrarecer las relaciones en esa zona y afectar a la RPCh”.
Por último, en su columna para Radio Rebelde de San Luis, añadió que “esto también tiene que ver con lo que pasa en el Caribe, con el hostigamiento estadounidense ante las costas venezolanas, donde vemos cómo se pronuncia la disputa que se da a nivel internacional”, ya que “Estados Unidos quiere sostener lo que pueda de su hegemonía y tratar de frenar un orden multipolar, en un intento que tiene en el Caribe y en Asia dos escenarios que exhiben la profundidad de la disputa”.