Alrededor de 1300 vecinos del Barrio 31 sin agua caliente porque el Gobierno de la Ciudad instaló un sistema que presenta deficiencias.
Vecinos del Barrio 31 denuncian que una obra que el Gobierno de la Ciudad anunció como el "parque solar más grande" del distrito”, no es otra cosa que “una gran estafa”, ya que con la llegada de los primeros días de frío, los paneles fotovoltaicos y quinientos termotanques solares instalados sobre los edificios levantados como parte del plan de urbanización no pudieron brindar agua caliente agua caliente a las viviendas.
Las unidades habitacionales fueron construidas por el Gobierno de la Ciudad, que presentó a esta obra como “un hito de utilización de energías renovables”, que estaba destinado a permitir a los habitantes del barrio realicen “un ahorro en el pago de los servicios”.
Pero la verdad de las alrededor de 1300 personas que viven en este sector es otra, pese a que el ejecutivo de la Ciudad empleó para ejecutar este plan de urbanización, buena parte del financiamiento un crédito que contrajo con el Banco Mundial por 170 millones de dólares.
“Cuando se hizo la construcción de estas viviendas y comenzaron a mudar a la gente, presentaron esto como una innovación tecnológica y ecológica, pero nosotros ya en su momento planteamos nuestras dudas porque veníamos ya de la construcción de las viviendas anteriores que ya tenían algunas fallas”, recalcó el referente Martin Peñalva.
Tras lo que hizo hincapié en que, “lamentablemente, con la llegada del frío este sistema no funciona y en estas condiciones de frío extremo, la gente no tiene agua caliente”.
Así las cosas la situación es crítica ya que por las características de la obra, la solución no puede ser instantánea y pese a que el Gobierno de la Ciudad comenzó a instalar algunos termotanques, “son muy pocos en relación a la cantidad de departamentos que presentan problemas”.
¿Pero es esto qué es lo que salió mal? “Esto es parte de esta nueva ola de marketing del PRO, que tiene que ver con presentar a la sociedad medidas que teoría tienden al cuidado del medioambiente”, resaltó Peñalva y señaló que “se trata sólo de una pantalla que carece de incidencia real en la protección medioambiental”. Y recordó que quienes echan mano a este recurso marketinero, “son los mismos que se niegan a construir espacios verdes públicos realmente importantes como en el caso de Costa Salguero donde insisten en privilegiar al negocio inmobiliario en detrimento del interés de la mayoría”.