El DNU anunciado hace una semana incluye la modificación de la Ley de Sociedades. Festeja Macri, pero en Boca se comió una paliza histórica que, a su vez, muestra que la movilización es el camino.
“Modificación de la ley de sociedades para que los clubes de fútbol puedan convertirse en sociedades anónimas si así lo quisieran”, dice el punto 27 de las treinta reformas que anunció el presidente, Javier Milei, en la cadena nacional durante la que explicó las medidas y el por qué del megadecreto que tiene la intención, según expresó, de desregular la economía, en el que deroga y modifica más de trescientas normas.
Esto significa la intención de transformar a las entidades deportivas en sociedades anónimas (SAD), un modelo de capitales privados prohibido por ley en Argentina, donde los clubes funcionan desde hace más de cien años como sociedades civiles. Con la anuencia de Milei, la vieja obsesión de Mauricio Macri parece que va viento en popa, pero sin embargo queda esperar que es lo que van a decir la AFA y los clubes que la integran que, antes de la asunción de Milei le dijeron no a las SAD por medio de una votación realizada en asamblea.
En este contexto, las recientes elecciones llevadas adelante en Boca toman un valor simbólico sin precedentes. Y, en esos días, los hinchas xeneizes expresaron también su contundente rechazo a la propuesta de privatización de los clubes promovida por Macri y el presidente Milei. La derrota de Macri tuvo la magnitud de un naufragio por la movilización sin precedentes de los socios: votaron un total de 43.367, lo que representa el 46 por ciento del padrón. Se trata de la segunda mayor cifra de participación mundial en este tipo de elecciones, sólo superada por los
57.088 socios del Barcelona que eligieron a Sandro Rosell como presidente en 2010.
Macri, quien preveía el resultado adverso, ni siquiera se presentó a votar. Alegó que tenía que viajar a Arabia Saudí por el Mundial de Clubes a raíz de su papel en la Fundación Fifa. Sí concurrió Milei, que fue abucheado e insultado por los hinchas presentes. “Pusiste a toda la casta, chorro, ajustador”, le gritaron algunos al reconocerlo, en clara referencia al duro ajuste que viene
perpetrando desde el 10 de diciembre.
Pero también muchos aprovecharon para gritarle “gallina”, porque los bosteros no olvidan que el hoy presidente declaró que en diciembre de 2008 se había alegrado por la victoria de River Plate en la final de la Copa Libertadores disputada en Madrid. Pero el resultado es también un reflejo del rechazo que provocaron las múltiples maniobras judiciales, con las que el ex presidente argentino intentó posponer una votación en la que nunca fue favorito. Y, queda claro que la votación en La Bombonera no se hubiese llevado a cabo, si miles hinchas y socios de Boca no se movilizaban para reclamar que se celebren las elecciones: movilización en la que estuvo presente el candidato a presidente por el oficialismo, Juan Román Riquelme.
En medio de la euforia y la alegría que exteriorizaron en la calle tantos hinchas xeneizes autoconvocados para brindar su apoyo a Riquelme y para protestar contra la medida judicial que suspendió las elecciones, el ídolo boquense demostró que desde su lugar logró incomodar al poder real. Sí, el amor por su club de un pibe de Don Torcuato que no terminó el secundario pudo más que uno de los representantes más importantes del poder económico que actúa en Argentina. Y esto constituye un ejemplo de resistencia, perseverancia y liderazgo político que debe
imitarse en el movimiento popular argentino para los tiempos que corren.
Subsecretario de Deportes El representante de jugadores, Ricardo Schlieper, fue nombrado subsecretario de Deportes del nuevo gobierno. Se trata de un rosarino de 64 años que militó en el PRO
durante varios años y que también fue periodista deportivo en las décadas del 70 y 80, como corresponsal de Clarín y El Gráfico. Schlieper fue manager de Roberto Abbondanzieri, Alberto Márcico, Hernán Díaz, Juan Antonio Pizzi, los mellizos Barros Schelotto, Gustavo Zapata, el Chemo del Solar, Gabriel Heinze y Juan Simón, entre otros. También está a cargo del ex jugador de Racing, Maxi Lovera, y hasta hace poco tiempo fue el representante de Nicolás Tagliafico, futbolista del Lyon. Y, en la vida política fue candidato a intendente de Rosario por el PRO en 2011 y postulante a diputado nacional en la lista que propuso para la Presidencia a Patricia Bullrich, pero nunca le alcanzaron los votos.
Para su gestión en Deportes, va a contar con un presupuesto más acotado que el que tuvo la gestión de Matías Lammens, quien hasta poco estuvo a cargo del Ministerio de Turismo y Deportes de la Nación. En un reciente posteo en X (ex Twitter), Schlieper valoró positivamente a las SAD, una figura legal que fue contundentemente rechazada por la AFA y sus clubes afiliados. “El fútbol en casi todo el mundo es de SAD y los hinchas celebran, festejan y se divierten en los mejores estadios. El fútbol no está para campañas políticas”, sostuvo y enumeró la lista de jugadores de la selección nacional que se desempeñan en equipos que pertenecen a SAD.
¿Pero es el fútbol que se disputa en nuestras canchas, el fútbol de los campeones del mundo? Evidentemente no, pero muchos de nuestros campeones se formaron en clubes de barrio y en asociaciones civiles. Y esto es algo sobre lo que deberá tomar nota el presidente de la AFA, Claudio Chiqui Tapia, porque en el afán de lograr su cometido, Macri también va por la AFA y por la propia cabeza de su presidente.