El gobierno nacional consiguió la sanción de ley que cuyos tres principales ejes son la delegación de facultades legislativas en el ejecutivo, reforma laboral regresiva y el Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones.
“Es una buena semana para los argentinos, con una aprobación ajustada pero hay que considerar que este espacio político liderado por Javier Milei con sólo siete senadores de 72, consiguió mayoría para aprobar la ley, primero quórum y después 36 votos y aprobar la ley, eso demuestra que todos aquellos que cuidaban que desde este espacio con esta escueta representación parlamentaria se podían obtener acuerdos, se equivocaron”, festejó el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, después de que el gobierno que integra lograra que la Ley Bases 2 tenga luz verde.
De esta manera, pese a los recortes y parches que sufrió por el camino, lo que redujo el texto a un tercio del que se presentó originalmente, la Presidencia Milei consiguió una herramienta fundamental para sus propósitos, pero también un triunfo simbólico que excede el propio contenido de la norma que le permite dar señales claras de gobernabilidad, quizás por primera vez desde diciembre de 2023.
Pero lo primero que hay decir es que, al cierre de esta edición treinta personas fueron imputadas de haber cometido delitos de sedición y que de ellas 17 permanecen presas en cárceles federales, por el sólo hecho de haberse manifestado públicamente contra el Proyecto de Ley Bases 2. Y también hay que advertir que el presidente caracterizó a quienes se movilizaron durante esa jornada como “terroristas” que intentaron dar un “golpe de Estado”.
Estas personas fueron capturadas en medio de una cacería que se perpetró en el contexto de un inusual operativo de fuerzas federales en el que a la Policía Federal y Aeronáutica, Gendarmería y Prefectura, así como de servicios de inteligencia que quedaron expuestos sin ningún pudor en maniobras como la quema del móvil de la Cadena 3. Lo arbitrario de las detenciones, la dureza de los cargos que se imputan y lo desbocado de la represión persiguen un sentido pedagógico que busca desalentar cualquier señal de oposición al régimen que se intenta imponer con la Presidencia Milei.
Mientras tanto, adentro del Palacio Legislativo, con la determinante colaboración de senadores de otras bancadas, el pequeño bloque de La Libertad Avanza le daba a Javier Milei la primera ley de su Presidencia. Es que el Proyecto Bases 2 salió merced a los votos de los oficialismos mileísta y del PRO, pero también merced a los de bloques de partidos provinciales, algunos senadores peronistas y por supuesto de los radicales con excepción de Martín Lousteau quien, aunque apretó el botón rojo, antes fue determinante para el quórum que abrió las puertas a una sesión en la que la suerte ya estaba echada.
Con este telón de fondo, la jornada del miércoles reafirma al menos dos cosas. Una es que dentro de un esquema de representación política muy convulsionado, pocos son los que están dispuestos a resignar terreno en la carrera por convencer a la clase capitalista de quién es el más apto para garantizar el blindaje de la propiedad privada individual y excluyente, algo que resulta clave para comprender la dinámica del capitalismo, pero también la del propio Estado Liberal Burgués.
Y la otra es que todos pretenden exhibirse como los más capacitados para legitimar ante las clases subalternas, el mito basado del dirigismo elitista, esto es una suerte de naturalización de que la clase capitalista es la que está llamada a ejercer el liderazgo social y político, ya que existiría una especie de tutela “natural” que impone a que el rico sea quien ordene la vida del pobre. Porque, desde el reduccionismo que plantea esa mirada, el rico es el más capaz y por eso tiene una renta con la que la inmensa mayoría de los mortales ni siquiera sueña. De ahí que sería quien está más interesado en cosas como el buen funcionamiento de la economía y en el sostenimiento del orden fiscal y político.
Esto forma parte de la mitología fundacional del Estado Liberal Burgués, pero también está inscripto en el ADN de la cultura política de Argentina, en la que por supuesto los gobernantes son cuadros intermedios puestos al servicio del capital para defender sus intereses y que, por lo tanto, tarde o temprano, siempre acaban desalentando y acotando cualquier atisbo de expresión vinculada con la democracia económica. Esta característica atravesó a todos los gobiernos desde 1983 a la fecha. Pero en la actualidad se profundiza y aparece con mayor crueldad, entre otras cosas, como consecuencia del coletazo que el actual momento que atraviesa la crisis de larga duración del sistema capitalista tiene sobre una formación estatal de las características de Argentina.
Los códigos Civil y Penal ponen a la propiedad privada individual como la protagonista medular de esta historia en la que para el estado de derecho, el bien más protegido es la integridad individual, pero siempre y cuando no afecte al de la propiedad. Esto asociado a cuerpos de policía cada vez más profesionalizados para defender el orden económico que impone el sistema, así como la legislación y aparato judicial que son funcionales a la necesidad de garantizar los intereses de una minoría. Y de esto va mucho de aquello a lo que asistimos durante estos días con el abroquelamiento de buena parte del sistema político y judicial, en pos de la sanción de una ley cuyos tres principales ejes son la delegación de facultades legislativas en el ejecutivo, reforma laboral regresiva y el Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones (Rigi).
Por eso es que más allá de embajadas, dádivas, favores y acuerdos que el propio jefe de Gabinete, Guillermo Francos, se encargó de borrar con el codo cuando aún no pasaba un día de la votación en el Senado, casi mayoritariamente el sistema político aceptó con particular mansedumbre la Bases 2, del mismo modo que desde hace seis meses viene haciéndolo con el DNU 70/2023. Con esto en sus alforjas, Milei viajó hacia Bari para participar de la Cumbre del G-7 a la que fue invitado por Giorgia Meloni. Y lo hizo exultante porque después de diez días en los que la caída de los bonos de empresas argentinas y la escalada del precio del dólar y el riesgo país parecía que podrían poner en dificultades a su gobierno, la colaboración una parte importante del sistema político, hizo que comiencen a alinearse los astros para Javier Milei.
Pero no sólo eso. Es que casi en simultáneo también recibió buenas noticias desde Beijín y Washington. En el primero de los casos porque el Banco Popular confirmó que está dispuesto a prorrogar el swap por el equivalente a cinco mil millones de dólares, cuyo primer vencimiento está pautado para este mes. En este caso trascendió para que se selle ese acuerdo, Milei va a tener que ir hasta la República Popular China el 4 julio que es el Día de la Independencia yanqui, con lo que se va a perder la tradicional festichola que organiza la Embajada estadounidense, pero además como se trata de un viaje oficial, tendrá que rendir homenaje a Mao Zedong, tal como lo hace cualquier dignatario que visita Argentina ante el Monumento al Libertador José de San Martín. Y también va a tener que vérselas cara a cara con el Presidente Xi Jinping y no es de descartar que deba firmar la Adenda 12 que reactivaría las obras de las dos represas cuya construcción fue frenada en Santa Cruz.
La otra buena noticia, para Milei, se la dio el FMI que ratificó que desembolsa alrededor de ochocientos millones de dólares correspondientes al acuerdo del Servicio Ampliado del Fondo (SAF) que ya asciende los 41.400 millones que, de acuerdo al Fondo, deben aportar a la tarea de “respaldar los esfuerzos de las autoridades por restablecer la estabilidad y fortalecer la viabilidad externa de Argentina”. Nada que venga desde aquel organismo puede ser bueno para los argentinos, tal como lo hizo público la propia Kristalina Georgieva que antes de fotografiarse sonriente con Milei durante la Cumbre del G7, recalcó que en Argentina “deben proseguir los esfuerzos para reformar el impuesto a las ganancias”.
Pero no sólo esto exige el FMI. El comunicado que acompañó la decisión respecto al SAF, también demanda que el gobierno nacional vuelva a cargar contra el sistema jubilatorio más allá del proyecto de ley que hace poco obtuvo media sanción en Diputados, pero que asimismo haga lo propio en materia de coparticipación. “Se han logrado avances sustanciales en alcanzar el equilibrio fiscal y ahora se debe dar prioridad a seguir mejorando la calidad de la consolidación fiscal. Deben proseguir los esfuerzos para reformar el impuesto a las ganancias de las personas físicas, racionalizar los subsidios y gastos tributarios y reforzar el control del gasto. Más allá de este año, será fundamental profundizar las reformas de los sistemas tributario, de pensiones y coparticipación, para así gradualmente eliminar los impuestos distorsivos”, puntualiza ese documento.
También el FMI vuelve a insistir reclamando “mayor atención a las reformas a nivel micro contribuirá a apoyar la recuperación e impulsar el potencial de desarrollo. Las reformas propuestas para mejorar la competitividad, aumentar la flexibilidad del mercado laboral y mejorar la previsibilidad del marco regulatorio de la inversión son pasos en la dirección correcta, y su aprobación y cuidadosa aplicación deberían ser prioritarias”, al tiempo que instruye que “para apoyar la transición hacia un nuevo régimen monetario, en el que la estabilidad financiera y de precios sigan siendo los objetivos primordiales del Banco Central y donde el uso de divisas sea de libre elección, la tasa real de política monetaria se mantendría positiva para sostener la demanda de pesos y seguir reduciendo la inflación”.
Así las cosas, en coincidencia con las recomendaciones que realizó el FMI, Francos recalcó que a pesar de los acuerdos que hizo con buena parte de las bancadas legislativas para garantizar que Bases 2 se convierta en ley, la Presidencia Milei va a insistir en Diputados por lo menos con la vuelta de la cuarta categoría del Impuesto a las Ganancias, con las privatizaciones de empresas y la modificación de Bienes Personales.
Y lo hace a partir de la fortaleza que le brinda, justamente, la sanción favorable de esa iniciativa, algo que se verificó en la forma en que se acomodó el frente financiero que venía dando señales claras de que necesitaba una prueba de que el gobierno está sólido. Por eso también el FMI esperó hasta que estuvo claro que el gobierno tenía los votos de la Cámara Alta, para anunciar la aprobación de la octava revisión del SAF, lo habilita los ochocientos millones de dólares para que Argentina le pague al mismo Fondo.
La palabra clave es gobernabilidad y esto es lo que el miércoles pasado, en cuotas y con algunas caras largas, a fin de cuentas le brindó una parte importante del esquema de representación política que, a fin de cuentas, sintoniza con lo que está haciendo Milei desde la Presidencia. Y probablemente, no sean pocos los que se sienten tranquilos al delegar en Milei la tarea de perpetrar el brutal ajuste que, necesariamente, lleva hacia el empobrecimiento de más de la mitad de los trabajadores y, por ende, hacia un profundo conflicto social del que probablemente sueñen con emerger como alternativa.
De esto va también aquello de la “seguridad jurídica” que un instrumento como la Ley Bases 2 pretende brindar, por supuesto, desde un marco legal definido a partir de los propios intereses de la clase capitalista que como se vio el miércoles, en caso de ser cuestionados, puede contar con las fuerzas policiales y el Código Penal al que merced a su “independencia”, el Poder Judicial echa mano para corregir cualquier manifestación que considere que es una distorsión.
Lo que acaba de pasar en el Senado vuelve a desmentir el relato neoliberal que hace hincapié en que el Estado no debe intervenir en el mercado corporativo, porque desde su particular perspectiva ese universo sería capaz de autoregularse para funcionar de forma autónoma.
Es que esta herramienta clave para el gobierno salió a fuerza de rosca y casta, pero además a partir de una nueva vuelta de tuerca en una escalada de la criminalización de la protesta social. Por eso, lo del miércoles de la semana pasada, vuelve a reafirmar que Carlos Marx no se equivocó con aquello de que “los propietarios hacen las leyes a su medida y dictan las leyes que les conviene”, ya que así asumen y fabrican el orden social a su medida. Y también habla de que aunque la cosa venga difícil, la moneda continúa en el aire.