La comunidad educativa de la Villa 31 denuncia que faltan elementos de higiene básicos y que se cursa en aulas superpobladas.
“No hay ningún protocolo, no llegaron los elementos básicos de higiene porque todo se dejó librado a lo que podía hacer cada escuela”, denunció el responsable del Partido Comunista de Villa 31, Martín Penalva.
Es que otra vez el marketing y la publicidad con la que machaca el PRO, contrasta groseramente con el diseño dispuesto por el Gobierno de la Ciudad para la vuelta a las aulas.
En el barrio Padre Mujica, la desorganización y la poca información que el Ministerio de Educación suministró sobre la forma en que se volvería a la presencialidad, tuvo su correlato en una postal en la que se vio desconcierto y niños amontonados en los colegios.
Por si todo esto fuera poco, las escuelas carecen de elementos básicos para garantizar la seguridad de alumnos y docente: falta jabón, papel higiénico, toallas descartables y ni siquiera llegaron los kits de higiene, barbijos y las mascarillas prometidos por el ejecutivo de la Ciudad.
Así, en medio de un clima de temor entre muchas familias que tienen aún muy presente el pico de contagios que castigó al barrio al principio de la pandemia, la comunidad educativa denuncia que la vuelta a la presencialidad se realizó de manera improvisada y sin tener en cuenta en lo más mínimo las necesidades puntuales de los barrios populares.
El Polo Educativo Mugica es una mole de concreto de tres pisos que incluye jardín de infantes, primaria y secundaria. Se ubica frente a los tribunales de Comodoro Py y a solo unas pocas cuadras de la villa 31, tiene una matrícula de ochocientos alumnos en primaria y cuatrocientos en la secundaria.
Ahí, contra el optimismo mediático del gobierno porteño que aseguró que el primer día de clases contó con un “presentismo del 89 por ciento”, sólo se presentaron once de los sesenta chicos que deben cursar el primer año del secundario. En el caso de la primaria, solo estuvo la mitad.
“Desde que se cerraron las escuelas en 2020 no hubo ningún cambio, tuvieron un año para pensar un protocolo para una presencialidad segura y no hicieron absolutamente nada más que campañas de publicidad”, recalcó Penalva.
En este sentido, remarcó que “estamos acostumbrados a que en la escuela pública no haya muchas de las cosas que exigimos, pero en este contexto de pandemia la situación se agrava muchos más cuando vemos que en algunas escuelas no hay ningún tipo de elementos de cuidado”.
Tras lo que lamentó que el ejecutivo de la Ciudad “deja todo supeditado a lo que pueda hacer cada uno desde la individualidad” y recordó que “muchos de los pibes vienen de familias vulnerables que no tienen plata para andar comprando todos los elementos que hace falta”.
Y advirtió que con aulas superpobladas “es imposible mantener el distanciamiento social”, por lo que criticó al Gobierno Larreta porque “a diferencia de otras provincias que pensaron retornos mixtos y rotación de los cursos, en la Ciudad se decidió que empiecen todos juntos, ignorando la cantidad de denuncias previas que hizo la comunidad educativa”.