La Universidad de Utrech es epicentro de las movilizaciones de protesta contra el ajuste que perpetra el gobierno neerlandés contra el sistema educativo. “Inviertan en conocimiento y no en la guerra”, es la consigna que levantan los estudiantes.
Tal como sucede en Argentina, en Países Bajos un gobierno de derecha viene perpetrando un feroz y sistemático ajuste contra las universidades y, como pasa por acá, las comunidades educativas, particularmente el estudiantado, se plantan contra ese plan al tiempo que desafían la prohibición de llevar a cabo manifestaciones que dispuso el gobierno que encabeza el conservador Dick Schoof con el apoyo del ultraderechista Geert Wilders.
En este punto vale recordar que antes de convertirse en primer ministro, Schoof fue jefe de la Agencia de Inteligencia y de la Oficina Antiterrorista neerlandesas, y en mayo pasado se convirtió en premier al ser apoyado por el Partido por la Libertad, que preside Wilders, una suerte de Milei con camiseta naranja que se había impuesto en las elecciones de noviembre de 2023 con un discurso xenófobo, racista, misógino y a fin de cuentas fascista, muy similar al que por esos días utilizaba Javier Milei para convertirse en presidente de Argentina.
La cosa es que mientras lleva a cabo un recorte del orden de los mil millones de dólares en el área de la educación superior, la administración Schoof/Wilders, gasta 37 mil millones en su participación indirecta en las guerras que la Otan libra contra Rusia y acaba de celebrar un acuerdo con la fábrica de armas israelí Rafael, por 250 millones. Esto es lo que denuncia el Nuevo Partido Comunista de los Países Bajos (NPC), que además celebró la resistencia de la comunidad universitaria que la semana pasada tuvo su epicentro en Utrech donde pese al intento policial por impedirlo, los estudiantes y docentes “alzaron sus voces para decir que la lucha continúa”.
Por otra parte, el NPC recordó que muchas universidades anticiparon recortes presupuestarios que traen aparejado cierre de cátedras, reducción de vacantes y de servicios de apoyo a los estudiantes lo que incluye becas, por lo que no sorprende que la convocatoria a movilizar se hiciera bajo la consigna “inviertan en conocimiento y no en la guerra”. Y la marcha se hizo, pese al intento de la alcaldesa laborista de Utrech, Sharon Dijksma, para que no se llevara adelante.
Y, al respecto, el NPC hizo pública su condena a lo que denunció como “una restricción del derecho a manifestarse en la lucha contra los recortes presupuestarios en áreas de administración pública como la educación”, tras lo que hizo hincapié en que de esta manera “se intenta matar dos pájaros de un tiro, suprimiendo por un lado esta lucha por la educación pública y criminalizando el movimiento de solidaridad con Palestina”.
Vale mencionar que durante los primeros meses del año, en el marco de un movimiento que se extendió por buena parte de las universidades de Europa y el mundo, la de Utrech fue epicentro de jornadas de movilización en las que se protestó contra la masacre que el Estado de Israel perpetra contra el pueblo palestino, especialmente en la Franja de Gaza.