Así lo decidió el 28 Congreso. La nueva Dirección marchará hacia “un proceso de transición” que se plantea ser "efectiva y concreta”. La juventud y el desarrollo en materia de propaganda, comunicación y difusión serán prioridades de la agenda. Además de la periodicidad de los congresos, la actualización del programa y del estatuto, también estarán presente.
“Somos la patota de Fidel y el Che Guevara, largue todo y venga volando ya estamos gestando la revolución”, fue la estrofa que como tantas veces resonó multiplicada en las voces de quienes acababan de recorrer un camino largo y que ayer domingo por la tarde, con el mandato surgido de células, organismos y regionales, designaban a Jorge Alberto Kreyness como nuevo secretario general del Partido Comunista de la Argentina.
“Yo te daré, te daré patria hermosa, te daré una cosa, una cosa que empieza con P ¡PC!”, también se escuchó en ese momento en el que, en medio de aplausos y mucha emoción, todos se sumaron para recalcar que Patricio y Víctor siempre están presentes, como en ese instante en el que uno de su generación aceptaba tomar las riendas de lo que él mismo describió como “un proceso de transición” y que lo hizo con una “sensación de agradecimiento y de honor”, pero también con la “responsabilidad y el peso” que conlleva.
Con ese telón de fondo, Kreyness fue contundente cuando hizo hincapié en que la nueva Dirección del PC va a marchar hacia “un proceso de transición” pero que, “al mismo tiempo, tenemos que constituirnos en una dirección efectiva y concreta”. Tras lo que planteó dos temas que van a ser centrales en su agenda, “la difícil situación por la que atraviesa la juventud” y los desafíos que imponen “en el terreno de la modernidad las cuestiones del desarrollo en materia de propaganda, comunicación y difusión”. Y aseveró que otro tópico medular va a ser el “trabajo vinculado a la actualización programática y estatutaria”.
Quien se encargó de hacer el anuncio fue Solana López, quien recalcó que el primer pleno del Comité Central aprobó como secretario general a Jorge Kreyness, “por su trayectoria y porque además durante este último tiempo ha llevado el timón de la Secretaría Nacional con enorme capacidad y voluntad de trabajo para poder concluir un congreso de unidad y de síntesis de todos y todas”.
Con este contexto, a la hora de aceptar la responsabilidad concedida, el flamante secretario general, celebró el trayecto que los comunistas y el campo popular realizaron para desembocar en el 28 Congreso, que comenzó con “un debate bastante a fondo con el que se construyó un proyecto de tesis que se debatió en las células de todo nuestro país”, para transitar un recorrido que “no se da en ningún otro partido de este país” y del que “podemos vanagloriarnos los comunistas, porque aquí la militancia tiene lugar y puede debatir, no cumple órdenes sino que debate y construye desde cada organismo celular o círculo de La Fede que son el PC en el lugar donde les toca actuar”.
Pero también resaltó que la Secretaría General “es una responsabilidad” ya que “acá no elegimos jerarquías ni cargos: el Partido otorga tareas y responsabilidades, que son las que los compañeros de direcciones que estamos obligados a cumplir por la militancia y por el Partido”.
Así las cosas, la nueva Dirección surge del Congreso “en el marco de una cantidad de contradicciones del país, del campo popular de Argentina y de la situación política nacional e internacional”, un marco en el que “continuamos un proceso de transición efectiva”. Y al respecto, tras recordar que “pertenezco a la generación de Patricio y Víctor”, Kreyness comentó que “el plan de ellos era que nos pudiera reemplazar una generación más joven”, pero varias circunstancias coadyuvaron para que ese proceso se hiciera más lento de lo imaginado. Entonces fue claro cuando recalcó que, pese a todo, “vamos a hacer un proceso de transición y al mismo tiempo tenemos que constituirnos en una Dirección efectiva y concreta”.
Y, en este sentido, refirió que habla de transición “porque necesariamente tenemos que actualizar muchas cosas” y entre ellas citó que propuso “que debamos cumplir con un requisito del estatuto que es hacer una conferencia cada dos años y vamos a hacerla”, ya que es preciso “trabajar en una actualización programática y también en una actualización estatutaria”.
Por otra parte, hizo hincapié en que “hay dos grandes cuestiones que debemos atender, ya que nos lo impone la época: la situación por la que atraviesa la juventud del mundo y la argentina es muy fea y difícil. La uberización del trabajo, las nuevas condiciones laborales, la promoción del individualismo, la influencia de las redes sociales, entre otras, son cuestiones que debemos elaborar porque tenemos que ser vanguardia en desarrollar una política para las juventudes”. Y para ello, “tenemos los cuadros y las condiciones para sentarnos a discutir y trabajar fuertemente para lograr una buena definición al respecto”.
También puntualizó “nos superan en el terreno de la modernidad las cuestiones del desarrollo en materia de propaganda, comunicación y difusión”, por lo que “debemos trabajar en esto siempre buscando lo nuevo, no para dirimir ahí nuestras propias cuestiones, que las tenemos, sino para desarrollar el enfoque de la propaganda partidaria hacia el conjunto de nuestra población”.
Ante esto reflexionó en que “vamos a poder ser una dirección de transición hacia una actualización y, al mismo tiempo, tendremos que ser una dirección efectiva que lleve adelante estas cosas” y no dudó al celebrar que “con todos los problemas hemos podido organizar este congreso y darle la palabra a todos”, por lo que “tengo una sensación de agradecimiento enorme por la confianza, incluso la de compañeros y compañeras con quienes hemos discutido, pero siempre de frente porque así lo hicimos todos los que hemos trabajado intensamente”. En esa línea reconoció “muy particularmente a la compañera Sonia López a quien quiero expresarle mis respetos y valoración por su actitud militante permanente y la solicitud de que pueda trabajar con nosotros en consulta siempre”.
Entonces tras mostrar su beneplácito porque el 28 Congreso se selló “en unidad y con un grado importante de entusiasmo”, hizo público su compromiso con la tarea de “trabajar intensamente”, ya que “tendremos que estar a la altura de las circunstancias”. Y mientras sus palabras se fundían con vivas al PC y al internacionalismo revolucionario, pero también a Cuba, la Revolución Bolivariana, la lucha de toda nuestra región y aquella que libra el pueblo palestino, las estrofas de La Internacional resonaban dando cuenta de que con la realización del 28 Congreso acababa un capítulo que requirió de mucho esfuerzo militante, pero también de inteligencia, camaradería y del entusiasmo con que a partir de ese mismo instante el PC comienza a transitar un nuevo momento con renovados desafíos, fortaleza y también expectativas.