Al calor de la resistencia al ataque que la Presidencia Milei perpetra contra las universidades, los comunistas de la UNC reconstruyen fuerza propia. “Venimos consolidando una iniciativa de disputa universitaria real”, destaca el estudiante de Comunicación, Facundo Brarda, quien es responsable de Organización de La Fede de Córdoba.
“El objetivo es tratar de consolidar una iniciativa de disputa universitaria real, hoy la coyuntura nos permite tener la posibilidad para disputar espacios de referenciación”, sostuvo al referirse a la situación de los estudiantes comunistas de la Universidad Nacional de Córdoba, Facundo Brarda, quien está a poco de culminar su licenciatura en Ciencias de la Comunicación en la UNC, al tiempo que es responsable de Organización de La Fede de esa provincia.
Precisamente, la semana pasada, se llevó a cabo en la capital provincial uno de los capítulos de la Marcha Regional Universitaria convocada por los sindicatos que agrupan a docentes y no docentes, que en este caso reunió a representantes de las universidades de Córdoba, Río Cuarto, Villa María, Río Tercero y la Tecnológica para exigir, entre otras cosas, recomposición salarial y un presupuesto que no desfinancie a las universidades, entre otras demandas que apuntan a frenar el brutal ataque que perpetra el gobierno nacional contra el sistema educativo de gestión pública, universal y gratuito. Una agresión que particularmente tiene la mira puesta sobre las universidades que son víctima de un ajuste que, tras el veto a la Ley de Financiamiento, promete profundizarse todavía más si prospera el Proyecto de Ley de Presupuesto 2025 que Javier Milei envió al Congreso.
¿Pero qué pasa con este contexto en la UNC? “La situación general de la universidad es de incertidumbre total”, lamenta Brarda y recuerda que con la llegada del fin del cuatrimestre y los correspondientes turnos de exámenes “cae la convocatoria que tienen las asambleas universitarias”, algo que se suma a la dura realidad que vive la mayoría de alumnos que para poder subsistir deben trabajar en un escenario en el que, amparado por la complicidad gubernamental, el precariado es la forma que la clase capitalista le impone a su relación con los trabajadores.
“Estamos convocando a una juventud que está totalmente precarizada, que sufre más que nadie el ajuste porque al tiempo que los pocos trabajos que hay son mayormente precarizados, se vuelve cada vez más caro vivir, lo que lleva a que haya un importante deserción estudiantil en la universidad”, puntualiza y enciende luces de alarma cuando advierte que a eso se suma “un constante desequilibrio mental que afecta a la juventud, que se verifica en índices de suicidio que son casi la misma cantidad que las muertes que se registran por accidentes de tránsito”, por lo que “hay una situación psicológica, económica y coyuntural que a la juventud la está devastando y que viene directamente desde la pandemia en adelante con síntomas de empeoramiento”.
Los dichos del responsable de Organización de La Fede cordobesa nada tienen de antojadizos. De acuerdo al Indec, la tasa de desocupación se disparó casi al ocho por ciento durante la primera mitad del año, pero la situación resulta todavía peor en el caso de los jóvenes especialmente si se trata de mujeres. Es que dentro del grupo de los varones menores a treinta años la tasa de desocupación es de 14,1 por ciento, mientras que para las mujeres se catapulta al 17,3.
Esta pintura de por sí horrible, se vuelve aún más cruel cuando se advierte que con la Presidencia Milei la cantidad de personas jóvenes que viven en condiciones de pobreza se elevó hasta alcanzar al 62 por ciento del grupo etario, tal como lo revela un trabajo publicado no hace mucho por el Centro de Estudios para la Recuperación Argentina que depende de la Universidad de Buenos Aires, donde se da cuenta de que uno de cada cuatro integrantes de ese segmento fue empujado a sobrevivir en condiciones de indigencia.
Con este telón de fondo, no sorprende que la deserción estudiantil forme parte de la cruda realidad que atraviesa a nuestra sociedad. “En las materias que estoy cursando, sólo estamos pudiendo terminar un veinte por ciento de los que comenzamos el cuatrimestre”, puntualiza Brarda y añade que “hay una situación de bastante incertidumbre y de deserción alarmante”, tras lo que reflexiona que en ese marco “en algún sentido un gran sector del estudiantado se ha visto desilusionado porque, lamentablemente, también fue víctima de la manipulación mediática que rodeó a la candidatura presidencial de Milei”.
Que no se pinche
Hace poco más de un mes, ante la Asamblea Plenaria del Consejo Empresarial de América Latina, Milei aseguró que recomponer el financiamiento universitario que mermó drásticamente a partir del momento en que decidió devaluar en un 119 por ciento, sería “ceder a la vieja forma de hacer política”. Pese a eso recurrió a lo peor de esa “vieja forma de hacer política” a la hora de conseguir los votos que le permitieron blindar su veto a la Ley de Financiamiento en Congreso, al tiempo que ahora mismo lo sigue haciendo para lograr sumar adhesiones a un Proyecto de Presupuesto que ahoga todavía más al área de ciencia y tecnología, así como a las universidades.
Y es en este contexto en el que la apuesta del gobierno fue planchar el conflicto para ganar tiempo y patear la pelota al menos para 2025, cuando espera tener sancionado un presupuesto que surja del proyecto que ahora considera el Congreso o que, si esa iniciativa fracasa, pueda prorrogar el actual. En cualquiera de estos dos escenarios se estaría consolidando el ajuste.
Entonces la pregunta es cómo se puede sostener la lucha durante las vacaciones que se avecinan y, en tal caso, de qué manera se puede retomar con más bríos de cara al ciclo lectivo 2025. “Una de las preocupaciones centrales de la últimas asambleas que hicimos tuvo que ver con eso: cómo hacemos para generar instancias que no dejen que se pinche la lucha universitaria…este es un desafío al que todavía no le hemos encontrado respuesta, porque en la UNC muchos estudiantes no son de la provincia ni de la ciudad de Córdoba, por lo cual al terminar las clases vuelven a sus lugares de origen”, sostuvo Brarda.
Y, ante ese panorama, reconoció que “la realidad es que, lamentablemente, en algún sentido se va a pinchar la militancia universitaria”, ya que “por esa razón va a decaer la cantidad de compañeros que pueda participar”. Aunque resaltó que frente a esa circunstancia “tenemos la intención de tomar iniciativas puntuales y generar hechos que sean capaces de poner en agenda a la lucha universitaria, que cuestionen a todos los que estuvieron avalado el veto a la Ley de Financiamiento y a los que apoyen el Presupuesto que quiere Milei, traicionando al pueblo de Córdoba”.
En este sentido, hizo hincapié en que resulta preciso sostener la intensidad de la lucha, por lo que “una de estas acciones tienen que ver con lo timbrazos al estilo de los que, a modo de escrache, en su momento hicieron Madres y Abuelas a los genocidas que gozaban de impunidad”, en este caso, contra los actores de la política cordobesa que atentan contra el financiamiento adecuado del sistema universitario.
Pero la resistencia al ataque que perpetra la Presidencia Milei contra las universidades, fue también un marco propicio para que los comunistas reagrupen fuerzas en este frente. “En el contexto de la militancia universitaria, este año, hemos retomado un impulso bastante interesante”, celebra Brarda y refiere que en ese camino “consolidamos un círculo que constantemente está pensando en iniciativas universitarias y que ha logrado insertarse en espacios de asambleas para disputar poder popular”, al tiempo que uno de los integrantes de La Fede, fue elegido para estar al frente de la Secretaría de Cultura y Géneros de la Universidad Nacional de Villa María. Se trata de Lautaro Ayup López, quien es alumno de Ciencias Políticas en la sede que esa casa de estudios posee en Córdoba Capital.
“Pretendemos consolidar una iniciativa de disputa universitaria real”, insistió Brarda y pese a que reconoció que “ venimos de varios intentos fallidos”, hizo hincapié en que esas experiencias “fueron un aprendizaje que nos sirvió para advertir por dónde no iba la construcción política universitaria y hoy la coyuntura nos permite insertarnos en la agenda y tener posibilidad para disputar esos espacios de referenciación”, algo que “nos viene saliendo bien, porque aunque va a llevar tiempo, estamos muy contentos por lo que hemos logrado, ya que se han sumado compañeros nuevos y otros que estaban alejados han vuelto a militar porque encontraron en esta iniciativa universitaria un lugar desde donde construir”.