“Tenemos que pensar cómo hacer para que lo que construimos durante este año se pueda replicar y profundizar para 2025”, puntualizó Jonás García Lery, quien es referente de La Santiago Pampillón en el MUI de la Universidad Nacional de La Plata.
Conforme se aproxima el cierre del ciclo lectivo, a la lucha de la comunidad universitaria contra el ajuste que perpetra la Presidencia Milei, se le presentan nuevos desafíos en un contexto en el que a las consecuencias que tajo el veto a la Ley de Financiamiento, hay que añadirle el sombrío panorama que pinta el Proyecto de Presupuesto 2025 que anticipa una profundización de la situación.
Con este telón de fondo, es que ciudades como la capital de la provincia de Buenos Aires cambian su fisonomía cuando, con la llegada de las vacaciones, buena parte del estudiantado vuelve a sus lugares de origen. Pero en la Universidad de Nacional de La Plata (Unlp), lejos de tomarse vacaciones, la militancia del MUI, se presenta dispuesta a redoblar esfuerzos para mantener encendida la llama de la resistencia.
“Acá tenemos una particularidad, porque La Plata es una suerte de ciudad universitaria, ya que la universidad no sólo engloba a los habitantes de la ciudad y sus zonas aledañas, sino que convoca a otros de toda la provincia de Buenos Aires y del resto del país”, explica Jonás García Lery, quien es estudiante de sociología en Humanidades de esa casa y referente de La Santiago Pampillón en el MUI.
Y, en este sentido, puntualiza que “por eso es que cuando acaban los cuatrimestres, muchos alumnos vuelven a sus pueblos y se deja de cursar, por lo que se vuelve mucho más difícil mantener el conflicto activo y movilizado”, sobre todo “después de un año que fue muy exigente para todos y todas, por lo cual la gente está un poco cansada”.
Esta situación plantea varios desafíos. “No me sorprendería que de acá a marzo cuando se retomen a pleno las actividades académicas, el gobierno haya profundizado su ataque aprovechando el receso de verano para profundizar las políticas de ajuste que está teniendo contra nuestra universidad publica”, advirtió.
Por eso es que hizo hincapié en que “debemos poder continuar comunicando y llegando al estudiantado, para informar sobre lo que está pasando y para poder mantener el conflicto activo dentro las posibilidades que haya, para avanzar hacia un 2025 con una profundización propia de la lucha que se llevó a cabo este año con la que se resistió a las medidas de Milei”, ya que “hay que pensar cómo hacer para que lo que construimos durante este año, se pueda replicar y profundizar para 2025”.
Al respecto, resalta que “el cómo debe surgir de una reflexión colectiva”, para lo que es preciso que haya “una actitud activa durante estos meses en torno a la comunicación”, ya que “si no podemos tener un mano a manos en los pasillos, hay que utilizar la posibilidad que nos brida la digitalización para que no se deje de hablar de lo que pasa…para que la gente no vuelva a cursar en marzo como si nada hubiera pasado” ya que, alertó, “peligra el inicio de clases del año que viene y va a seguir peligrando siempre y cuando no se mejore la calidad de los salarios de todos los trabajadores de la universidad”.
Por eso, García Leri hizo hincapié en que “la cuestión es seguir moviendo el avispero, para que tanto la opinión pública, el pueblo en general y el estudiantado en particular, los que habitamos día a día la universidad, tengamos en claro cuál es la gravedad del conflicto que estamos teniendo y lo que realmente peligra para el comienzo de clases del año que viene”.
En este marco, no hace mucho se llevaron adelante en la Unlp elecciones de centros y del claustro estudiantil en las que, tal como refiere García Lery, “cumplimos el objetivo primario que nos planteamos que fue el de poder reorganizar a la fuerza, ante una elección que estuvo muy pegada a las tomas de las facultades, por lo que era preciso dar ese paso”, pero también “conseguimos poder crecer cuantitativamente y cualitativamente, esto es en cantidad y en la calidad y desarrollo de la militancia que tienen nuestros compañeros y compañeras”.
Por eso es que no oculta su satisfacción cuando indica que “logramos estos dos objetivos, ya que las agrupaciones crecieron, pudimos desplegar nuestra política y vemos que tenemos la posibilidad de construir una fuerza que sea capaz, de cara a 2025, de poder entrar en la discusión regional de la Federación Universitaria consiguiendo los delegados para estar presentes en el Congreso de la Federación”.
Y añadió que “la elección salió como pensamos que iba a salir y eso implicaba desafíos y expectativas para ver cuál era nuestro piso de votantes y, por ende, desde dónde podemos comenzar a construir y cómo estamos en el frente electoral en el que corroboramos que crecimos, lo cual da la pauta de que si organizamos y planificamos bien de acá para 2025, podemos hacer grandes cosas y crecer también en cantidad de votantes”.