Los trabajadores agrupados en la Asociación Taxistas de Capital apoyan la tarea que lleva a cabo un comedor del MTL en el Barrio 31. Pero también se plantan contra el intento de legalizar a Urber en Ciudad de Buenos Aires.
El comedor del MTL que funciona en el Barrio 31 de Ciudad de Buenos Aires recibió, días atrás, la visita de integrantes de la Asociación Taxistas de Capital (ATC) que llegaron hasta ese lugar para entregar alimentos que fueron donados durante el último mes y medio por tacheros que participaron de una campaña solidaria que tuvo su epicentro en la sede central de la ATC.
“Fuimos recibidos por las compañeras que, día a día, se encargan de llevar adelante la silenciosa pero valerosa tarea de organizar la comida para los más necesitados”, coincidieron en señalar tras el encuentro los trabajadores que hicieron un alto en su tarea para compartir un momento que fue posible merced a “la colaboración de todas y todos los taxistas que, sabemos, tienen sensibilidad y compromiso”, algo que se pone todavía más de manifiesto “en estos tiempos de crisis impuesta desde un gobierno que es inhumano, por lo que toda ayuda, por mínima que resulte, significa para los más desposeídos la posibilidad de sostenerse un día más”.
Y así, con el compromiso de que esta visita que es consecuencia de una tarea que expresa la solidaridad de clase “no será la última”, los trabajadores del taxi volvieron a la calle, que es el escenario en el que cotidianamente llevan a cabo su actividad y su lucha que durante los días que corren, tiene como uno de los principales objetivos evitar el intento de que se legalice en Ciudad de Buenos Aires la actividad de la transnacional Uber.
El panorama que enfrentan los taxistas es sombrío, ya que tal como lo advierte la ATC, “a la actividad ilegal e impune de las multinacionales de APP”, se le suman “los intentos de legalizarlas por medio de una regulación”, pero también la caída de la demanda de viajes provocada por “la gravedad de la situación económica y la desocupación de miles de compañeros y compañeras”, lo que lleva a que “los ingresos no alcancen para mantener nuestros coches y a nuestras familias”.
Y es con este telón de fondo que la ATC no duda a la hora de hacer hincapié en que “sólo la lucha de los trabajadores y el pueblo puede salvarnos de un futuro aún peor que impulsa el poder económico y mediático, el de las multinacionales, los grandes grupos nacionales y la oligarquía, junto al gobierno cipayo de Milei y Macri en la Ciudad”.
Cabe recordar que hace poco más de un año, el juez en lo Contencioso Administrativo, Víctor Rodolfo Trionfetti, emitió un fallo de primera instancia que considera que el sistema Uber "es ilegal" e "inseguro" en la Ciudad de Buenos Aires, por lo que instó al gobierno de esa jurisdicción a regular esta actividad para "hallar una solución integral". Pero pese a esto, las apps como Uber y Cabify continúan apropiándose de las calles, planteando una competencia desleal para los taxistas, pero también imponiendo una de las expresiones más acabadas del precariado.
Y nada de esto resulta casual. De la mano de Uber, este tipo de modalidad comenzó a desembarcar en nuestro país tras un encuentro que, a fines de 2015, tuvieron emisarios de esa multinacional con integrantes del que sería el staff que acababa de entrar a La Rosada junto a Mauricio Macri. Por eso, el 17 de diciembre de ese año se anunció el lanzamiento de Uber Argentina y al día siguiente empezó a gestarse lo que sería el encuentro entre Macri y el entonces CEO de Uber, Travis Kalanick. Pasaron algunos años y es ahora otro Macri, el primo Jorge, quien al parecer viene a querer finalizar esa tarea.