“La socialdemocracia está atrapada en un abrazo mortal con las fuerzas del mercado de las grandes empresas, la Unión Europea y la Otan”, advirtió el secretario general del Partido Comunista de Gran Bretaña, Robert Griffiths, y advirtió sobre el rumbo que toma el gobierno que encabeza el laborista Keir Starmer.
“La crisis general del capitalismo ha regresado con fuerza a Gran Bretaña y a muchos otros países en desarrollo”, advirtió el secretario general del Partido Comunista de Gran Bretaña (PCdeGB), Robert Griffiths, al tiempo que apuntó sus dardos contra el gobierno que encabeza el laborista Keir Starmer (en la foto junto Carlos III) al que acusó de profundizar la dependencia del Estado con el capital financiero, en un contexto en el que durante los últimos seis meses de 2024 se aceleró la caída de los salarios respecto a una inflación que repuntó.
Cabe citar que la tasa de inflación interanual de Reino Unido se colocó durante el pasado noviembre en el 2,6 por ciento, esto es tres décimas por encima del registro correspondiente a octubre de acuerdo a lo informado por la Oficina Nacional de Estadística y, si bien se trata de un rango que es bajo de acuerdo a los niveles a los que estamos acostumbrados en Argentina, se sitúa por encima del umbral de estabilidad de precios del dos por ciento que establece el Banco de Inglaterra.
También hay que mencionar que la aceleración del costo de la vida en Gran Bretaña tiene en el ojo del huracán el encarecimiento del precio de los alimentos y las bebidas no alcohólicas, pero fundamentalmente a los servicios vinculados a la vivienda incluidas las tarifas que se catapultaron un tres por ciento.
“En lugar de controlar los precios, renacionalizar los servicios públicos y gravar a los súper ricos y los beneficios de los monopolios para financiar una mayor inversión pública, Keir Starmer y sus ministros prefieren pedir prestado, aún más, a los mafiosos de la City y confiar en los corsarios capitalistas”, denunció Griffiths y fue contundente cuando condenó que se haya retirado el subsidio al combustible que permitía que millones de jubilados pudieran calefaccionar adecuadamente sus viviendas durante el duro invierno boreal, así como a la hora de fustigar el retraso en el pago de las pensiones a las mujeres mayores de sesenta años.
Asimismo, hizo hincapié en que “si bien los salarios como porcentaje del PIB han caído sustancialmente desde mediados de los años 1970, que para algunos son ‘los viejos y malos tiempos en que los sindicatos eran demasiado fuertes’, simultáneamente el porcentaje de las ganancias de las empresas aumentó”, ya que los sucesivos gobiernos garantizaron la reducción a la mitad de la tasa del impuesto de sociedades sobre las ganancias de las empresas.
Por eso es que el titular del PCdeGB, no dudó a la hora de aseverar que “en todos los frentes, desde Estados Unidos y Canadá hasta Gran Bretaña, Francia y Alemania, las clases dominantes y los gobiernos están en crisis”, ya que en tanto las economías de estas formaciones estatales se estancan, “la crisis climática se profundiza, la extrema derecha avanza, la democracia liberal está en retirada y la socialdemocracia está atrapada en un abrazo mortal con las fuerzas del mercado de las grandes empresas, la Unión Europea y la Otan”.
Y esto es así, entre otras cosas, porque “el capitalismo, sus estados y sus partidos políticos están sacrificando las necesidades y aspiraciones básicas de la gente en el altar de las ganancias corporativas, el militarismo y la guerra” algo que, lamentó, en el caso de Gran Bretaña se traduce en “el fracaso del gobierno laborista para detener la crisis del costo de vida, enfrentar el caos de los fenómenos climáticos extremos y emprender una planificación a largo plazo para reactivar la industria manufacturera, rescatar el Servicio Nacional de Salud y resolver la crisis de la asistencia social”.