Una catástrofe que ya dejó 158 personas muertas en España vuelve a desnudar lo insustentable que es el sistema capitalista, pero también las miserias de las patronales, la ineficiencia de un gobierno de derecha y que sigue viva la solidaridad de clase entre trabajadores.
Las imágenes que llegan desde España son tan dantescas como inhabituales para esa zona del planeta, al menos esta es la primera impresión que surge al ver el cuadro de situación que dejaron las lluvias provocadas por el fenómeno meteorológico conocido como Depresión Aislada en Niveles Altos (Dana), que hace tres días afectó fundamentalmente en las comunidades autónomas de Valencia, Castilla-La Mancha y Andalucía.
¿Pero debe sorprender lo pasó? La tormenta Daniel, que se caracterizó como un ciclón de tipo tropical en pleno Mediterráneo, tuvo lugar hace poco más de un año y dejó un saldo devastador en el sudeste de Europa y sobre todo el Libia donde la cifra de muertos ascendió a más de dos mil personas, fundamentalmente, por el colapso de dos represas que provocó. Y, en septiembre pasado, Boris azotó la zona central del continente europeo antes de dirigirse a la Emilia Romaña italiana, dejando veintitrés fallecidos a su paso.
Por su parte, en España, el saldo provisorio que hay al cierre de esta edición es de 158 personas fallecidas por las inundaciones, la mayor parte en la provincia de Valencia, pero las fuentes oficiales hablan sobre una cifra aún difícil de establecer de desaparecidos, en tanto que todavía persiste el estado de alerta y no menos de 1700 efectivos del Ejército español debieron ser convocados para realizar tareas de rescate de quienes aún están entre las ruinas y auxilio a personas que lo perdieron todo por la tempestad.
¿Pero qué es lo que pasó? Algunos datos preliminares pero interesantes son los que aporta el World Weather Attribution (WWA), que es un equipo de calificados académicos que se dedican a estudiar y analizar las razones que se esconden detrás eventos climáticos extremos como el sucedido esta semana en España. Pero también realiza cálculos del impacto que tiene el cambio climático en eventos meteorológicos extremos, tales como las olas de calor y sequía que no hace mucho sufrimos en Argentina o este terrible temporal que acaba de azotar a tres comunidades españolas.
Y en este sentido, la primera reflexión que aparece es que a la hora de rastrear al responsable de esta catástrofe, el cambio climático aparece como el primer imputado, ya que este tipo de lluvias torrenciales son un doce por ciento más intensas y el doble de probables, ahora, con un planeta que registra temperaturas de 1,3° superiores a las de la era preindustrial.
Una de las cosas que hace WWA, es producir rápidamente informes sobre este tipo de eventos y en este caso aunque aclara que no se trata de un estudio “de atribución completo y detallado”, señala que “el cambio climático es la explicación más probable, ya que una atmósfera más cálida puede retener más humedad, lo que provoca aguaceros más intensos” y advierte que en base a registros históricos de observaciones meteorológicas, se puede establecer que en las regiones en cuestión están aumentando las lluvias torrenciales de un día, conforme el clima se fue calentando a raíz de las emisiones de combustibles fósiles.
Con los antecedentes recientes de Boris y Daniel, WWA alertó que es probable que este tipo de episodios se reiteren con mayor frecuencia como consecuencia del calentamiento global y, en consonancia con esto, apenas hace unos días fue la ONU que volvió a encender luces de alarma cuando advirtió de que el planeta se encamina a experimentar un calentamiento que puede ir de 2,6 y 3,1° para fines de este siglo.
Y mientras los diluvios son más frecuentes en Europa, en Argentina la sequía de 2023 es un dato insoslayable de que algo está pasando y que no se trata de nada bueno. Pero pese a esto, en la reciente Cumbre Mundial sobre Biodiversidad celebrada en la colombiana Cali, la subsecretaria de Ambiente de nuestro país, Ana Lamas, fijó la postura de la Presidencia Milei que quedó a contrapelo del consenso que en ese ámbito se generó a favor de controlar el daño ambiental. “La gestión climática es un tema de mercado y el presidente Javier Milei lo entiende bien”, dijo entonces la funcionaria.
Cosas del capitalismo
Va quedando cada vez más claro que uno de los límites que tiene la propia dinámica de acumulación de capital es el ecológico. Porque más allá del eufemismo que habla de un “crecimiento sustentable y amable con el planeta”, la clase capitalista sigue apostando a un crecimiento sostenido que le garantice la constante maximización de la tasa de rentabilidad, algo que a las claras ya está chocando con un límite que el límite que le impone la propia naturaleza.
Así las cosas, lo cierto es que este fervor que tiene la clase capitalista por destruir el planeta, afecta en lo inmediato a los trabajadores y fundamentalmente a aquellos a los que el sistema empuja más hacia sus propios bordes. Por eso tal como pasó cuando durante 2005 el huracán Katrina dejó un saldo de más de 1800 muertos y golpeó principalmente a Nueva Orleans donde la población más afectada fue la afrodescendiente, esta vez en Valencia ese lugar les correspondió a los inmigrantes latinoamericanos, asentados en las zonas que son las más vulnerables a este tipo de fenómenos.
En este contexto, el Partit Comunista del País Valencià (PCV), hizo pública una denuncia a raíz de “la negligencia de la generalitat (gobierno local) y la patronal por poner en peligro la vida de las y los trabajadores”, ante la llegada de Dana y durante las peores horas que duró el temporal, al tiempo que organizó una brigada militante para ayudar en las tareas que requiere la emergencia.
Al respecto, el PCV pintó con crudeza el cuadro de situación, al recalcar que en pueblos y barrios que fueron afectados por el temporal, “todavía se trata de asumir las pérdidas de personas y las materiales, con familias enteras lo han perdido todo, con cortes de carreteras y vías de comunicación, cortes de electricidad y dificultades de acceso a agua potable y alimentos”.
Y en este sentido informó que puso a disposición de Protección Civil varios de sus locales en Valencia, Paterna, Sagunto y Algemesí, a la vez que hizo un llamamiento a quienes quieran sumarse al equipo de voluntarios que formó, para colaborar en tareas de emergencia y reconstrucción, pero que también busca contribuir en la tarea de “resolver los problemas de abastecimiento y necesidad de ayuda de la población”.
Pero también, el PCV denunció que la Generalitat y las patronales actuaron con negligencia en esta situación y, en tal sentido, criticó “la implementación tibia y tardía de protocolos de emergencia”, al tiempo que recordó que la actual gestión a cargo del integrante del Partido Popular, Carlos Arturo Mazón Guixot , “privatizó y eliminó servicios públicos que deberían haber servido de protección ante estos fenómenos extremos”.
Asimismo, subrayó que por “avaricia empresarial”, las patronales exigieron que los trabajadores acudieran o permanecieran en sus puestos laborales durante el temporal, “incluso cuando el peligro era evidente”, en lo que configuró una situación que “puso en riesgo las vidas de los trabajadores, especialmente en sectores como la logística y la distribución”. Y fue claro al denunciar que las empresas de reparto, aquellas que se desempeñan por medio de plataformas digitales, “continuaron operando, aprovechando la situación para maximizar beneficios a pesar del riesgo que representaba para los trabajadores”.