Ante este escenario el Partido Comunista señaló que “enfrentamos la tarea de fortalecer las fuerzas por la paz y organizar la resistencia contra el curso de la guerra y la crisis, que cuenta con el respaldo de una coalición muy amplia de partidos burgueses, medios de comunicación y grupos de reflexión”.
El derrumbe de la coalición que hasta principios de esta semana integraban el Partido Socialdemócrata Alemán (SPD), Los Verdes y el Partido Demócrata Liberal (FDP), pone al Gobierno encabezado por Olaf Scholz (en la foto junto Lindner) al borde del colapso, pero también preanuncia lo que puede ser un cambio en la postura de Alemania respecto a la guerra que la Alianza del Atlántico Norte emprende en la zona del Donbás contra la Federación Rusa.
Todo se precipitó cuando el socialdemócrata Scholz, metió mano en su gabinete y decidió despedir al titular de la cartera de Finanzas, el liberal Christian Lindner, lo que provocó la renuncia del resto de ministros pertenecientes al FDP con lo que a partir de ese momento, la coalición se redujo a SPD y Los Verdes. Todo esto en medio de un contexto en el que por el peso específico que tiene Berlín dentro de la Unión Europea y la Otan, cualquier cambio por mínimo que sea en la posición alemana, puede alterar sensiblemente un escenario continental en el que una chispa puede ser capaz de desatar un incendio.
Y en este panorama, aunque Scholz se apresuró a negar que haya condiciones para que se llame a elecciones anticipadas, ayer el presidente Frank-Walter Steinmeier se sumó a las voces que presionan en tal dirección, cuando dijo que está preparado para disolver el Parlamento y despejar el camino a la celebración de nuevos comicios si el canciller Scholz pierde el voto de confianza como consecuencia del colapso de su coalición de gobierno.
Con este telón de fondo y después de aclarar que no lamenta la caída de la coalición encabezada por el SPD, el Partido Comunista Alemán (DKP) instó a “fortalecer las fuerzas pacifistas” y recordó que el que lidera Scholz es “un gobierno de guerra que ha llevado a cabo su política de armamento y guerra económica a costa de la inmensa mayoría de la población”, al tiempo que “limitó activamente la libertad de expresión, hizo retroceder los logros democráticos y sociales y fomentó así el desarrollo de la derecha”.
Asimismo, hace hincapié en la postura que adoptó la coalición en favor del escalamiento de la guerra desatada por la Otan en el este de Europa, mientras que también brindó apoyo “al genocidio israelí en Gaza”. Y, al respecto, el DKP lamenta que “el SPD, Los Verdes y el FDP han trabajado juntos para que nuestro país vuelva a ser ‘apto para la guerra’”, un camino en el que “sólo han fracasado debido a su incapacidad para establecer la economía de guerra necesaria y aprobar otro presupuesto de guerra en línea con su agenda militarista conjunta”.
Esta situación, destaca, quedó clara entre otras cosas en el momento en el que Scholz anuncia la destitución de Lindner. Es que en su declaración de ese momento, el canciller “una vez más pidió más dinero para continuar la guerra en Ucrania y lo hizo distorsionando los hechos”, en lo que representa “una muestra de la pérdida de realidad de su gobierno que dice que no está dispuesto a ‘financiar el apoyo a Ucrania y las inversiones en nuestra defensa a costa de la cohesión social’, como si no hubiéramos estado pagando ya las guerras y las guerras económicas que su gobierno lleva a cabo con la subida de los precios de la energía y los alimentos, el deterioro de las infraestructuras y los recortes en educación, servicios sociales y muchas otras áreas”. Y estas políticas que llevan casi tres años, recalcó el DKP, traen como consecuencia “la pérdida de decenas de miles de empleos que ya fueron anunciadas en la industria automovilística y de proveedores”.
Por todo esto, el DKP remarca que de cara a un escenario en el que Alemania va a tener que forma nuevo Gobierno, “los próximos meses serán de guerra o paz” y advirtió que “otras fuerzas ya están esperando en la casilla de salida para terminar lo que ha empezado la actual coalición”, entre ellas la Unión Demócrata Cristiana (CDU) que tal como lo viene haciendo el FDP, reclama que Alemania suministre misiles Taurus al régimen de Kiev.
Después alerta sobre la posibilidad de que la CDU llegue al gobierno con lo que su líder, Friedrich Merz, podría convertirse en un canciller que “apostará cada vez más a hacer recortes en políticas sociales para financiar el armamentismo”, una idea que esa fuerza comparte con la extrema derecha de Alternativa para Alemania (AfD), “incluso si esta última sigue centrándose en una estrategia diferente en la guerra de Ucrania más allá de las entregas de armas”. Y sostiene que con este panorama, Los Verdes y el FDP “seguirán en el campo de los belicistas”, todo pese a que Scholz pretenda presentarse como “el canciller de la paz”.
Por eso, resalta el DKP, “nos enfrentamos a la tarea de fortalecer las fuerzas por la paz y organizar la resistencia contra el curso de la guerra y la crisis, que cuenta con el respaldo de una coalición muy amplia de partidos burgueses, medios de comunicación y grupos de reflexión” y añade que “vamos a afrontar esta tarea como parte del movimiento pacifista, pero también dentro del movimiento obrero y sindical”, ya que la disyuntiva entre financiar la guerra o proteger los puestos de trabajo y generar mejores salarios y condiciones laborales, “jugará un papel decisivo no sólo en las elecciones al Bundestag (Parlamento), sino también en las actuales y futuras batallas por la negociación colectiva y en las luchas contra los recortes de empleo”.