Así lo recalcó la secretaria de Géneros de la Asociación de Maestros y Profesores de La Rioja, Analía Fonzalida, al reflexionar sobre la campaña nacional con la que Ctera pide que se lleve a juicio a los responsables del asesinato de los hermanos Arancibia. “Isauro fue el maestro que no sólo enseñó una asignatura, sino también a pensar”, definió.
Concluye el año y esta campaña impulsada por la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina y por su Secretaría de Derechos Humanos, conducida por Rogelio de Leonardi, continuará desarrollándose de cara al próximo 24 de marzo, cuando se cumpla el 50 aniversario del último golpe de Estado cívico-militar y de los crímenes de Isauro y Arturo Arancibia.
“Isauro nos representa y merece Justicia, pero también ser reivindicado y conocido por todos y todas los docentes del país”, recalcó la secretaria de Géneros de la Asociación de Maestros y Profesores de La Rioja (AMP) e integrante de La Violeta Docente, Analía Fonzalida, al referirse a la campaña nacional lanzada por Ctera para sumar firmas que apoyen el pedido de que el Poder Judicial inicie el juicio oral por los asesinatos de Isauro y Arturo Arancibia, cometidos por personal policial que irrumpió por la fuerza en el local de la Asociación de Trabajadores de la Educación de Tucumán.
Al respecto, la integrante de la AMP, remarcó la validez que tiene la campaña que realiza la Ctera y, en este sentido, reflexionó que Isauro Arancibia “fue un maestro pueblo que defendió nuestros derechos docentes, para que podamos tener sueldos y una jubilación digna”.
Asimismo, sostuvo que la lucha de los hermanos Arancibia también “fue para que como docentes podamos tener recursos suficientes en el aula como para poder crecer y, sobre todo, tengamos sindicatos que nos representen manteniendo autonomía ante la patronal, representándonos como trabajadores de la educación”. A raíz de aquel ejemplo, la docente riojana aseguró que “los asesinaron por defender a los docentes”, tras lo que subrayó “el valor que tuvo Isauro Arancibia como sindicalista” y recordó que “a pesar de haber sido alertado de que iban por él, se quedó en el sindicato tal como lo hizo su hermano Arturo, donde ambos fueron acribillados”.
Fonzalida remarcó que, más allá de sus crímenes, lo que buscaba la dictadura “era acribillar las ideas que ellos representaban, tal como ahora lo quiere hacer el gobierno nacional cuando reprime e intenta que se oculte la voz de quienes protestan”. Es por eso que resaltó que “Isauro fue el maestro, el docente que no sólo enseñó una asignatura, sino también nos enseñó a pensar, al resto de los docentes y del pueblo” ya que, definió, “un docente que lucha es un docente que enseña, un docente que denuncia es un docente que libera”.
Como se recordará, en esta causa se imputó a Mario Escalada, Jorge Ragonese y José Sánchez que durante 1976 eran agentes de la Policía de Tucumán, así como Manlio Martínez, quien por entonces fue el juez federal que tuvo que encargarse investigar el asesinato de los hermanos Arancibia, pero nunca lo hizo. Por eso fue imputado por los delitos de prevaricato y encubrimiento. En 2017 todos ellos resultaron beneficiados con sobreseimientos y falta de mérito, pero la Fiscalía y las querellas apelaron por lo cual, cuatro años más tarde, se logró revertir la decisión y los imputados quedaron al borde sentarse en el banquillo de los acusados para la celebración de un juicio oral que es el que viene demandando la Ctera en todo el país, con un fuerte impulso de La Violeta Docente.