Envuelto en denuncias por estafa y pedidos de juicio político, Javier Milei intentó mostrarse fuerte en la apertura de sesiones ordinarias del Congreso. Visiblemente nervioso y con un discurso dentro de lo esperado, lleno de agravios y amenazas, dejó claro que aunque este año haya elecciones no piensa pisar el freno en su marcha arrolladora contra el bienestar del pueblo y la soberanía nacional.
El repetido anuncio de un nuevo préstamo "acordado" con el FMI, que no termina de acordarse, pareciera ser la promesa más esperanzadora que tiene para ofrecer. Del mismo modo que convenció a sus seguidores más entusiastas para que invirtieran sus dólares en un proyecto de criptomonedas que iba a "incentivar el crecimiento de la economía argentina, fondeando pequeñas empresas y emprendimientos argentinos", Milei busca ahora convencer al congreso de que apoye el tan anunciado como demorado acuerdo con el Fondo.
Contemplando los antecedentes de las negociaciones con parlamentarios y gobernadores dialoguistas provenientes del radicalismo, del peronismo y de todos los puntos de nuestra geografía nacional, el objetivo no parece tan difícil de alcanzar. Así las cosas, seguramente volveremos a escuchar el argumento de "la mejor opción posible" (o la menos mala) con la que el congreso avaló en 2022 el acuerdo del gobierno de Alberto Fernández con el FMI para legitimar la estafa contraída por el gobierno de Macri.
La diferencia con la criptoestafa de Libra es que en una nueva megaestafa del Fondo las víctimas seremos, cuándo no, la enorme mayoría de lxs argentinxs. Los espejitos de colores que nos quieren encajar traen como contraprestación principal en este capítulo la reforma laboral y la reforma previsional, tal como reconoció Milei en su discurso. Pero además, una nueva devaluación.
La desesperación del gobierno por llegar a las elecciones sin devaluar, y evitar así que se dispare la inflación y se desplomen abruptamente los ingresos, va vaciando de reservas al Banco Central y al Fondo de Garantías de Sustentabilidad de la ANSES (o de lxs jubiladxs). El viernes pasado el manotazo previo al discurso presidencial en el Congreso para regular el mercado de cambios fue de 600 millones de dólares. En lo que va desde la devaluación del 120 por ciento de diciembre de 2023 ( que hundió salarios, jubilaciones y programas sociales que nunca más se recompusieron a los valores preexistentes) se usaron cerca de 24 mil millones de dólares de las arcas del Estado para contener el precio del dólar y mantener a raya una inflación que igualmente no deja de aumentar.
Claro que el objetivo principal del gobierno con esta maniobra especulativa no es otro que el de permitirle al capital que siga ganando fortunas con la bicicleta financiera a expensas de un costo de vida cada vez más alto para la clase trabajadora, pero intentando evitar hasta las elecciones que sus magros ingresos se desbarranquen a mayor velocidad.
Mientras tanto, citando al diario de Yrigoyen o a las mediciones que le alcanzan la Universidad Católica Argentina y la Universidad Torcuato Di Tella, Milei vociferó en su alocución del primero de marzo que “la pobreza se redujo en los últimos seis meses del 56 al 33 por ciento” y que “hay 10 millones de pobres menos en la Argentina”. Además de ser una mentira fácilmente refutable en la realidad cotidiana, semejante afirmación es en este contexto una provocación que deberíamos cobrarle cara en las calles antes que en las urnas.
Sabemos que el ajuste y la represión van de la mano. Por eso no extrañó para nada que se guionasen en este discurso que hace las veces de plan de gobierno para el año político las menciones de mérito a Luis Caputo, Federico Sturzzeneger y, por supuesto , a Patricia Bullrich, la más ovacionada de la velada por oficialistas y macristas (valga la redundancia), que venía de exhibir como último logro de gestión una reciente represión a lxs jubiladxs, a quienes este mes el PAMI volvió a quitarles descuentos en los medicamentos.
Por lo tanto, para sostener el ajuste no faltaron las promesas de más leyes punitivistas y más represión entre los anuncios presidenciales. Mientras el gobierno desmantela la Senaf, vacía el plan Progresar y sigue acaparando en galpones toneladas de alimentos que deberían ir a los comedores populares, además de útiles, mochilas y guardapolvos escolares, propone bajar la edad de imputabilidad a los 10 años como solución mágica para combatir el delito a manos de menores de edad cada vez más marginados por las políticas de exclusión social. Los miles de despidos en el ministerio de Capital (In)Humano conllevan más recortes de derechos entre los sectores más vulnerados.
La amenaza de intervención a la provincia de Buenos Aires y los insultos al gobernador Axel Kicilof reiterados el último sábado por la noche en el congreso por el presidente forman parte del repertorio de campaña electoral con el que desde la Rosada se busca promover más “mano dura”. El cruce protagonizado con el diputado radical Facundo Manes (guionado o no) acumula en los hechos a mejorar la imagen de uno de los opositores más edulcorados, que casualmente aspira competir en las próximas elecciones legislativas en la provincia de Buenos Aires.
Nos solidarizamos una vez más con el gobernador bonaerense y reafirmamos que para acumular hacia una alternativa política la unidad debe apoyarse en un programa que impulse cambios estructurales y en el reconocimiento pleno de las distintas tradiciones y organizaciones políticas que compongan esa unidad. De otra forma no será posible generar, colectivamente, las transformaciones sociales que nos demandan con urgencia estas horas críticas de nuestra Patria.
La Era Dorada para la Humanidad
“No es menor lo de Elon con la motosierra. La motosierra, hoy, es un símbolo de cambio de época y el inicio de una nueva era dorada para la humanidad, pero esta vez, en vez de ir a contramano del mundo, Argentina está a la vanguardia del mundo”, afirmó el mesías local del neofascismo ulraliberal en su función del sábado por la noche.
La respuesta del Partido Comunista a través de su secretario general, Jorge Kreyness, no tardó en llegar: “Para Milei la "nueva era dorada de la humanidad" es bajar el salario, aumentar el desempleo y hacer caer el consumo” opinó Kreyness en sus redes sociales. Al tiempo que señaló que (Milei) “no habló de la estafa con criptomonedas, de entregar el oro del país y sí anunció una nueva estafa con el FMI”.
La fé ciega de Milei de que forma parte de una vanguardia de la ultraderecha en los marcos de la batalla cultural a nivel mundial lo lleva a incorporar como propia la agenda antiinmigratoria de Donald Trump y a anunciar entre las prioridades del gobierno nacional una nueva ley migratoria que acentuará la discriminación racial; con la que por ejemplo lxs inmigrantes pagarían la atención en los hospitales o la inscripción y cuotas en escuelas y universidades públicas, cuyos presupuestos no paran de ser pasados por la motosierra . O a continuar apoyándose en Agustín Laje (su Giovanni Gentile) aún después de la respuesta masiva del 1 F al discurso antiderechos de Davos (autoría de este “intelectual orgánico” del régimen) y a seguir insistiendo con eliminar los cupos laborales de géneros y la figura agravada del femicidio, estipulada por el Código Penal.
La convocatoria del próximo sábado 8 de marzo, Día Internacional de las Trabajadoras, con las mujeres al frente, debe traccionar la participación de todos los sectores agredidos por las políticas neofascistas y ulraliberales de este gobierno ajustador y estafador. Con ese espíritu de amplitud y combatividad el Partido Comunista se propone tomar esta fecha central desde el conjunto de su militancia.
En tal marco, en la ciudad de Santa Fé este jueves 6 de marzo se estará librando otra batalla para exigir Justicia por Florencia Gómez frente a la Fiscalía General de la Provincia de Santa Fé. Florencia, militante de la FJC, fue asesinada por su activismo feminista y su condición de mujer comunista y más de cuatro años después su femicidio y crimen político sigue impune. Asimismo, ante el aumento de los lesbicidios fomentados desde la cultura patriarcal y desde la órbita misma del gobierno nacional, es importante participar de las movilizaciones organizadas para el viernes 7, que también se impulsan desde el PC y la Corriente Nacional Lohana Berkins.
Es evidente que la “era dorada de la humanidad” que augura Milei no es otra que la del retorno a un orden mundial unipolar regido por el imperialismo yanqui, que nuevamente recurre al fascismo para sostener por la violencia explícita un sistema decadente, con ricos cada vez más ricos y pobres cada vez más pobres.
Claro que también hay contradicciones internas en el campo enemigo en esta nueva era. Algo que quedó a la vista como pocas veces en la historia en la entrevista que en el salón Oval de la Casa Blanca mantuvieron hace unos días Donald Trump y su vicepresidente James Vance con el presidente de facto de Ucrania, Volodimir Zelensky. En ella se puso de manifiesto sin disimulo que el verdadero interés estadounidense está enfocado, más que una preocupación genuina por terminar con la guerra en Ucrania (que de antemano se sabía que Kiev no podría ganar), en cómo hacer para recuperar las gigantescas pérdidas financieras a causa de una ayuda militar que Washington acaba de cortar y que, según el trumpismo, ascienden a los 500 mil millones de dólares.
Los recursos minerales ucranianos de los que quiere adueñarse el imperialismo yanqui son una muestra más de cómo el diablo se cobra sus favores. Lo que busca EEUU con la alianza de ocasión con Rusia es horadar la sólida alianza entre Beijing y Moscú. Algo improbable en el corto y mediano plazo, habida cuenta de la gran cantidad de acuerdos en todos los planos que existen entre ambas potencias de oriente, las que a la vez motorizan, aún con sus matices y diferencias, la idea de un mundo pluricéntrico.
El concepto (y el desarrollo práctico) de una Comunidad de Futuro Compartido para la Humanidad acuñado por el presidente de la República Popular China y secretario general del Partido Comunista Chino, XI Jinping, es el principal blanco que tiene Trump en la mira. El acuerdo de libre comercio que fogonea Milei con EEUU con todas las de perder (para Argentina) constituiría, en caso de concretarse, otro atentado más contra el objetivo de alcanzar una Patria Libre y Soberana.
“El problema es que para avanzar a un horizonte próspero debemos romper la calesita y el eje sobre el que gira ”, fue una de las pintorescas reflexiones de Milei este primero de marzo, como si el el eje de la calesita de la democracia burguesa no fuera el capitalismo.
La democracia restringida que tenemos se enmarca en los límites de un capitalismo cada vez más degradado. Esta democracia en la que gobierna el poder económico, en la que se ponen jueces de la corte suprema por decreto, en la que los legisladores opositores cambian de bando con la primera oferta del gobierno y los que no llaman a darle gobernabilidad a un régimen neofascista, ultraliberal y estafador que está llevando adelante el ajuste más grande desde el retorno de la institucionalidad democrática debe ser repensada y reconstruida para la urgente reconstrucción de la Patria.
En este sentido, la construcción de poder popular no puede ser un eslogan vacío. Tiene que expresarse en cada lucha de cada frente de masas para ir creando sobre las condiciones concretas del terreno concreto una sociedad verdaderamente libre, organizada a partir de una orientación marxista cardinal: “de cada quien según su capacidad a cada cual según necesidad”.
En el camino hacia la Patria Liberada que soñaron lxs 30 mil, con la herramienta válida de un juicio político que va a impulsarse este jueves frente al Congreso en un acto con presencia del PC, sin desatender la disputa electoral, pero fundamentalmente con la lucha ideológica y la movilización popular como punta de lanza tenemos que exigir en unidad: ¡Fuera Milei! Y VIllarruel también.