La izquierda y el movimiento popular en su conjunto enfrentamos un desafío histórico: refundar la Patria. Impulsar un proyecto por una Patria soberana y una sociedad basada en la igualdad de oportunidades nos demanda con urgencia la tarea de unir y fortalecer todas las luchas en curso. Pero también, la de construir una alternativa política programática desprovista de los hegemonismos que han saboteado los últimos intentos de unidad popular en nuestro país.
Por supuesto que en el largo camino hacia una Patria Liberada lo primero que debemos hacer es echar a Milei y a todo su gobierno lo antes posible. Pero difícilmente podamos lograr este primer objetivo si el horizonte aparece borroso, si no está claro el rumbo a tomar en unidad.
El desafío histórico que enfrentamos, por lo tanto, va mucho más allá de las próximas elecciones legislativas, en las que el Partido Comunista de la Argentina resolvió participar promoviendo la unidad programática desde una autonomía de izquierda y alentando la movilización popular.
La radicalización del ajuste que puso en marcha este gobierno ni bien asumió su mandato convirtió al salario mínimo en el más bajo de todo el continente. Frente a esta situación la dirigencia de la CGT marchó, pero a Estados Unidos para reflexionar con la titular del FMI sobre si conviene o no convocar a un paro general.
La coyuntura que atraviesa la clase demanda la presencia en las calles de un sindicalismo combativo. Aplacar la lucha porque se avecinan elecciones o por determinadas conveniencias, es un planteo reñido con las urgencias que atravesamos las grandes mayorías populares.
El escrache al grito de “fuera estafadores” dirigido contra la hermana y “jefe” del presidente y demás dirigentes de su partido en el barrio porteño de Villa Urquiza cuando se disponían a participar de un acto de campaña es un botón de muestra de la bronca organizada espontáneamente desde abajo.
Para el discurso presidencial en la apertura de sesiones ordinarias del Congreso este primero de marzo no puede esperarse otra cosa que anuncios de más ajuste, más recorte de derechos, más entrega de soberanía, más mentiras, provocaciones y amenazas. Alentar el repudio en las calles contra este régimen corrupto, neofascista y ultraliberal debería ser la prioridad política del momento para todas las organizaciones que compartimos el sueño colectivo de una Patria justa, libre y soberana.
La nueva foto de Milei con Donald Trump en el marco de una nueva reunión de la CPAC explicita el respaldo del imperialismo yanqui al gobierno argentino (o a su gobierno en Argentina). Más allá de las burlas suscitadas por el paso de comedia de Milei alcanzándole la motosierra a Elon Musk, son ellos los que se burlan de nosotrxs.
Pese a la (al menos oficialmente anunciada) disolución de la USAID, la máscara social de la CIA para la preparación de “golpes blandos” corrida por derecha por el trumpismo, la injerencia de los Estados Unidos sobre nuestro país pocas veces en la historia ha sido tan obscena como ahora. Creer que por el escándalo de la criptoestafa el gobierno tiene sus horas contadas sería incurrir en un error tan grave como dejar nuestro futuro tan solo en manos del poder legislativo y el poder judicial.
En los últimos días quedó al descubierto la relación que tienen con Trump el "inventor" de $Libra, Hayden Davis, y su familia afanosamente dedicada a la especulación financiera. De hecho, la criptomoneda o memecoin de Trump fue creada también por la empresa de los Davis, Kelsier Ventures. La hipótesis de que la estafa de Libra es una práctica emergente de un "capitalismo marginal" mucho no estaría cerrando.
Como venimos señalando, esta no es la cara deformada del capitalismo; es su verdadera cara en este momento concreto de la historia. El sistema capitalista profundiza su crisis de la mano de la híper concentración de la riqueza y de la financierización acelerada de la economía y ya no encuentra los márgenes de otros tiempos para congeniar la reproducción de la tasa de ganancias del capital con cierta capacidad distributiva hacia la clase trabajadora.
Mientras congela jubilaciones y salarios pauperizados, el gobierno nacional sigue timbeando con la nuestra para que en la ruleta del capitalismo ganen los mismos de siempre. Argentina es el cuarto país del mundo y el primero de América Latina en el que más se invierte en cripto.
Elon Musk, ministro estrella del gobierno de EEUU, el hombre más rico del mundo y el que más millones de dólares cuenta también en criptomonedas promocionó su memecoin Minidoge en su cuenta de X llamando a los inversores a donar parte de sus ganancias a las billeteras virtuales que perdieron con Libra, con la intención de ayudar a descomprimir las demandas judiciales y la presión mundial que pesan contra Milei.
En las elecciones de Alemania los nazis apoyados por Musk y la Wehrmatch tuitera de su red X avanzaron mucho más allá del cordón sanitario que intentó establecer la socialdemocracia, la gran derrotada de la contienda.
Nuevamente la disputa por el futuro nos lleva hasta la encrucijada de la historia que señalara Rosa Luxemburgo poco antes de ser asesinada por el germen del nazismo, incubado durante la socialdemocracia de entonces: “¡socialismo o barbarie!”.
O se está favor o se está en contra de los monopolios
La conformación en el Senado de la comisión investigadora para indagar sobre las responsabilidades del presidente en el caso Libra naufragó a causa de la persuasiva oferta del gobierno al senador radical por Corrientes Eduardo Vischi, que había impulsado la propuesta de conformar la comisión investigadora y terminó votando contra su propia iniciativa.
Es decir, Milei sorteó en el Senado la investigación por el caso de estafa y corrupción en el que está envuelto del mismo modo que logró aprobar la Ley Bases con el voto del honorable Eduardo Kueider y tal como consiguió que se rechazara el aumento mínimo a lxs jubiladxs, en esa ocasión gracias a las manos levantadas de los “héroes” que luego fueron premiados por su contribución a la patria con un buen asado y una buena torta de postre seguramente también. Algo está podrido en la Argentina.
En cuanto a lo que hasta la revista Forbes calificó como “el robo cripto más grande de toda la historia” la única explicación que esbozó el presidente de la Nación hasta ahora fue que decidió promocionar $Libra porque es un “tecno optimista”.
Que el gobierno esté atravesando su minuto de mayor debilidad no significa que esté grogui y contra las cuerdas. La única chance real de que avance un juicio político contra el tirano que ocupa la presidencia es si el pueblo y sus organizaciones lo empujamos en la calle; no por obra y gracia de un congreso donde abundan los Kueider y los Vischi.
Todo un ejemplo de la democracia en la que vivimos es la designación por decreto de una “comisión investigadora” que desde las propias esferas de gobierno se ocupará de seguir el caso de la criptoestafa. Esta comisión estará bajo la supervisión de María Florencia Zicavo, jefa de Gabinete del Ministerio de Justicia y ejecutora directa del vaciamiento de la Comisión Nacional de Identidad (Conadi), un organismo fundamental para la búsqueda de lxs nietxs de las Abuelas de Plaza de Mayo apropiados por la dictadura.
Con este mar de fondo también se vuelven más visibles las internas y contradicciones en el bando enemigo, que a causa de una crisis de alternativa en pleno desarrollo tampoco terminan de capitalizarse políticamente.
En este contexto Mauricio Macri calificó como un hecho “grave” que Milei “haya quedado en medio de una estafa para mucha gente”. Y lustrando la chapa opacada de jefe del PRO lanzó una crítica que a la vez se pareció mucho a una oferta: “lamentablemente lo que hemos visto es un presidente descuidado y mal rodeado”.
En medio del conflicto de intereses que mantiene por el desembarco en el país de Startlink (la empresa de internet satelital, propiedad de Elon Musk) el Grupo Clarín se quedó con Telefónica. El insólito anuncio oficial con el que el gobierno le salió salió al cruce a esta operación alerta que “el 70% de los servicios de las telecomunicaciones quedarían en manos de un solo grupo económico, lo que generaría un monopolio, formado gracias a décadas de beneficios estatales” y anticipando que “der ser así, el Estado Nacional tomará todas las medidas para evitarlo”.
Más que como a una contradicción secundaria al comunicado de ocasión hay que leerlo como un acto de despecho y demagogia, sin un correlato práctico en los hechos.
Mientras en el FMI le siguen sacando punta al lápiz con el que impondrán las condiciones para que pueda concretarse un nuevo préstamo (para seguir estafando) a la Argentina, observan con especial interés el hecho de que, en medio de las negociaciones con el gobierno nacional, se haya anulado la licitación para administrar la Hidrovía del Río Paraná. Al tiempo que no le sacan los ojos de encima a Vaca Muerta, donde escala el conflicto laboral por el reclamo para la contratación de mano de obra local en la construcción del oleoducto “Vaca Muerta Sur”.
El fuerte crecimiento de las importaciones en enero (ya eximidas de pagar el Impuesto País) pronuncia la caída de la actividad industrial y, junto con ella, los cierres de fábricas y los despidos.
Sin embargo hay que insistir sobre este punto central: si no hay un horizonte claro ni se logra consolidar la necesaria unidad en función de ese horizonte, las debilidades del gobierno no van a transformarse por sí mismas en la fortaleza de una alternativa política.
En la unidad consecuente contra los monopolios y el imperialismo a la que nos convocaba el Che está la clave para conformar la alternativa política pendiente. De otra manera serguirán sonando las mismas melodías que nos trajeron hasta este presente.