Las cifras de crecimiento económico, reducción de la pobreza y contención a la inflación que presenta el gobierno no son otra cosa que números elaborados para el año electoral y alejados de la realidad concreta. Pero la realidad también indica que una importante parte de la sociedad, a un año y medio de iniciada la presidencia de Javier Milei, sigue creyendo en el relato oficialista. Para poder avanzar hacia un horizonte esperanzador, la alternativa política que necesitamos tiene que forjarse al calor de las crecientes demandas populares. La única manera de defender el derecho a la protesta social que quieren prohibirnos es ejerciéndolo.
Las elecciones de San Luis, Salta, Jujuy y Chaco reafirmaron el escenario que había comenzado a configurarse en Santa Fe: niveles de ausentismo récord desde la recuperación de la institucionalidad democrática en 1983 y el triunfo de los oficialismos provinciales de derecha, aliados al gobierno nacional. El poco interés que la sociedad mostró en estos comicios se repitió de forma contundente en el caso de la Ciudad de Buenos Aires, lo que reafirma la profunda crisis de representación política que atraviesa nuestro país y el rechazo a una democracia apenas formal.
A pesar de los padecimientos de las grandes mayorías por las medidas económicas implementadas para beneficio de unos pocos, los candidatos directamente identificados con Javier Milei lograron un buen desempeño, sobre todo en los centros urbanos, y llegaron a imponerse en ciudades como Salta, Rosario y CABA.
Para las elecciones porteñas el trasfondo nacional quedó en primer plano a lo largo de toda la campaña. Así las cosas, el 30 por ciento que obtuvo Manuel Adorni (más el 2 de Ramiro Marra) son votos de Milei, del mismo modo que los 15 puntos que sacó Silvia Lospenato en la elección más baja de toda la historia del Pro en la capital son de Mauricio Macri. Sumando los votos de las opciones de derecha autopercibidas de "centro" y rerpresentadas en el ex jefe de gobierno Horacio Rodríguez Larreta y en espacios políticos que hasta hace un par de años conformaban la alianza macrista de Juntos por el Cambio, el total de votos para la derecha en CABA superó el 60 por ciento.
Por otra parte, Leandro Santoro, uno de los principales lobistas durante el gobierno de Alberto Fernández para la convalidación de la estafa de la deuda con el FMI tomada y fugada por el macrismo, que encabezó la lista armada por el PJ porteño (cuyos representantes parlamentarios convalidaron varias leyes y negociados del macrismo a lo largo de dos décadas en la ciudad) lejos está de representar la alternativa política que nos demanda la nueva etapa abierta en el país. Quedó claro que lo que expresa Santoro no logra interpelar a ese altísimo porcentaje de la sociedad que para manifestar su bronca sigue eligiendo la opción de no ir a votar, fenómeno que en esta elección porteña se concentró especialmente en los barrios donde viven los sectores más empobrecidos de la clase trabajadora.
Para el ballotage presidencial de noviembre de 2023 el nivel de ausentismo a las urnas había sido del 25 por ciento. Más allá de que estos hayan sido comicios legislativos locales (aunque nacionalizados como pocas veces), la cantidad de personas que no concurrió a las urnas ahora se duplicó.
Las experiencias del Frente Amplio por la Soberanía en Santa Fe, el Frente por la Justicia Social en San Luis y Confluencia por la Igualdad y la Soberanía en CABA tienen en común procesos de construcción contrarios a la lógica de apostar sistemáticamente por el mal menor y de resignar debates programáticos en pos de “fortalecer la unidad”. Se trata, en todos estos casos, de experiencias que rompieron con esas prácticas políticas que hegemonizaron (y paralizaron) al campo popular y que en buena medida explican el triunfo de Milei en 2023.
En un mismo sentido se plantea en Corrientes la propuesta a la que el PC, junto a otros espacios de la izquierda y el movimiento popular, está convocando para las elecciones provinciales de agosto pero más allá de ellas también. Abonando a esta línea de construcción de alternativas políticas para la defensa de los intereses de nuestra clase y de nuestra soberanía, que puedan manifestarse en el plano electoral y en todos los frentes, el Partido Comunista entrerriano lanzó este fin de semana un llamado a la unidad programática con vocación mayoritaria.
Para que estos enfoques que reivindican la necesidad de construir la alternativa pendiente ( y refrendan lo acordado en el 28 Congreso del PCA en cuanto a la tarea de encauzar la unidad desde el antiimperialismo) puedan ganar mayor adhesión, es fundamental luchar en la batalla de ideas contra lo que el capitalismo argentino pretende imponer como contradicción principal de la etapa. Sobre este punto hay que hacer hincapié en que cuando se cierra un ciclo político, se agotan las expresiones políticas y electorales de ese ciclo. En consecuencia, la disputa política (e ideológica) no puede quedar encorsetada entre un proyecto neofascista y ultraliberal al servicio del imperialismo y el posibilismo que nos trajo hasta este presente.
En el acto homenaje por el 80 aniversario del Día de la Victoria sobre el nazifascismo realizado en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, el secretario general del Partido Comunista de la Argentina, Jorge Kreyness, destacó que el “antifascismo hoy en el mundo tiene que expresarse en la construcción de poder popular y de alternativas políticas” y que “un proyecto antifascista no puede ser otra cosa que un proyecto de liberación”.
El plenario convocado por el Movimiento Derecho al Futuro en la Provincia de Buenos Aires habilita la posibilidad del debate transversal, de plantear críticas constructivas, autocrítica y propuestas programáticas. Sin debates ni autonomía no hay manera de fortalecer la unidad. En definitiva, si este espacio impulsado por el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, se propone representar a todo ese pueblo desencantado de la política que desde hace más de una década ve como cambian los gobiernos y sus ingresos siguen perdiendo poder adquisitivo, no puede entonces plantearse como norte la “unidad del peronismo” o la reconstrucción de un Frente de Todos ampliado a la derecha.
Con un pueblo cada vez más empobrecido y con los más altos niveles de ausentismo electoral que deslegitiman la débil democracia argentina, parecen surrealistas la discusiones sobre si en la provincia de Buenos Aires convenía desdoblar o unificar el calendario electoral o sobre si habría que priorizar la propuesta de reelección indefinida de intendentes o la porpuesta de la reelección indefinida de legisladores. Por otro lado, el descrédito a esta cáscara de democracia crece también con un nuevo aumento de sueldo que se otorgaron los senadores nacionales, muy por encima de la media de las paritarias planchadas para las masas trabajadoras, y con el que pasan a cobrar más de 9 millones de pesos en bruto mientras siguen sin aprobar el aumento de emergencia a jubilaciones que mes a mes se hunden más y más en la miseria.
Vivimos en una democracia restringida y bajo tutelaje colonial. Sabemos que el lawfare es un arma del imperialismo yanqui para garantizar sus intereses en nuestra región y en nuestro país. Pero aquellos sectores que piensan que renació la esperanza popular porque el Senado no aprobó el proyecto proscriptivo de “Ficha Limpia”contra Cristina Fernández, siguen subestimando el enorme daño social que está haciendo un gobierno que prometió “el ajuste más grande de la historia” y que, al cabo de un año y medio de iniciado su mandato, está cumpliendo con creces su promesa.
Cabildos abiertos para refundar la Patria
Luciendo sonriente el pin de la motosierra que le obsequiara Federico Sturzenegger, la titular del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva, había llamado al pueblo argentino a “no cambiar el rumbo en estas elecciones”. Y por lo sucedido hasta acá puede decirse que su prédica injerencista lamentablemente está encontrando eco. En cambio, el consejo suyo que no estaría teniendo mucha recepción es el que les hizo formalmente a los empresarios argentinos que no invierten en Argentina (o “héroes”, según Milei, que evaden el fisco) y que ya se fugaron en años macristas el préstamo anterior otorgado a nuestro país. “Inviertan en su economía los 200 mil millones de dólares que tienen guardados bajo el colchón o Dios sabe dónde”, les dijo.
El primero en no hacerle caso a la directora del Fondo es el propio Luis “Toto” Caputo. Más allá de haber anunciado el fin de un supuesto "sistema de control soviético" y de repetir la apelación a “sacar la platita de abajo del colchón”, el ministro de economía reconoció en su última declaración jurada un aumento patrimonial de más del dos mil por ciento en el transcurso del primer año de gobierno mileísta. Con los ingresos de la clase trabajadora y del grueso de nuestro pueblo derrumbándose como consecuencia directa de sus decisiones, Caputo pasó de tener unos 700 millones de pesos (declarados) en sus cuentas a tener un capital (declarado) de más de 16 mil millones ¿Dónde tiene guardada esa fortuna? En la guarida fiscal de la Isla de Man, en Gran Bretaña.
El llamado desesperado del gobierno al blanqueo de dólares vengan de dónde vengan y sin ningún tipo de rendición de cuentas no es precisamente indicativo de una economía en expansión. Además de ser una invitación abierta al lavado del narcotráfico, es un intento más por contener un salto devaluatorio antes de las elecciones de octubre. Algo que el primer adelanto del préstamo otorgado por el Fondo no le garantiza para estos meses que restan a la fecha de las elecciones nacionales de medio término, ni tampoco resultan suficientes a esos efectos los primeros giros del BID y el Banco Mundial para “apoyar el camino de reformas emprendido”. Haciendo de la dificultad una virtud, sin embargo, el anuncio fue presentado en conferencia de prensa como otra "victoria de la libertad".
Las visitas del secretario del Tesoro de los Estados Unidos, Scott Bessent, y del jefe del Comando Sur, Alvin Holsey, repudiadas en el marco del Primero de Mayo reafirman que la defensa de nuestra soberanía nacional y la defensa de los intereses de la clase no pueden ir por separado.
La conflictividad social sigue en alza. El triunfo electoral de Adorni en CABA envalentonó al gobierno nacional que recuperó la iniciativa luego del escándalo desatado por la criptoestafa de Libra y lanzó decretazos contra la clase trabajadora que cercenan el derecho a huelga, las paritarias y la democracia sindical. Sin embargo, según trascendió públicamente luego del Día Internacional de lxs Trabajadorxs, la intención de la cúpula cegetista es “enfriar” la calle para concentrarse en comunicar sus posicionamientos y eventuales críticas por las redes sociales. Así, la burocracia sindical pasará a disponer de más tiempo para poder discutir los lugares para la central en las listas de las elecciones legislativas de septiembre en la provincia de Buenos Aires y en las de las nacionales de octubre. Por lo pronto, en relación a estos últimos golpes del gobierno al espinazo del movimiento obrero el Consejo Directivo de la CGT sacó un repudio por las redes y su secretario general, Héctor Daer, luego de reunirse con el Jefe de Gabinete de Ministros, Guillermo Francos, declaró que “no hay clima de paro”. En este escenario los máximos dirigentes de la CGT optaron por dejar en manos del Poder Judicial la defensa de los derechos de la clase trabajadora.
Las paritarias libres, que estuvieron entre las principales demandas del último paro nacional y de las marchas y actividades por el Primero de Mayo, siguen sin asomar en el horizonte inmediato. Aún con el “costo laboral” más bajo en décadas el FMI exige una mayor “contención salarial”. La letra chica de esta gran estafa presiona para imponer una reforma laboral, una reforma previsional y otra tributaria. Exigencia que también se encargó de reforzar en su reciente cena anual la AmCham, la Cámara de Comercio de los Estados Unidos en Argentina. Claro que para la represión no hay ajuste ni contención ni nada que se le parezca.
En este contexto adverso, debemos valorar la iniciativa de ambas CTA para conformar una multisectorial contra el pago de la deuda externa fraudulenta y por la coordinación de un plan de lucha. La Corriente Nacional Agustín Tosco y el Movimiento de Jubiladxs Liberación, entre varias otras organizaciones sociales, políticas, sindicales y de DDHH participaron de las primeras reuniones de este espacio en gestación y del acto lanzamiento por "Cabildos Abiertos contra la Deuda Externa y el Hambre, por el Trabajo y la Producción", realizado este jueves 29 de mayo en el auditorio de FOETRA de la Ciudad de Buenos Aires y en el marco del 56 aniversario del Cordobazo, que el Partido Comunista también conmemoró con actos en Córdoba y La Rioja.
El repudio a la extorsión del FMI impulsado desde una multisectorial con centralidad en el movimiento obrero puede y debe servirnos para vincular mejor la lucha reivindicativa con la lucha política y además abre una perspectiva interesante para darles mayor impulso a las propuestas del sindicalismo de liberación, sobre todo en un contexto donde la crisis de representación alcanza a una burocracia sindical-empresarial alejada de la realidad de sus bases y partidaria de la conciliación de clases para salvaguardar sus intereses individuales.
El impulso efectivo de "Cabildos Abiertos" por todo el país es una tarea a la que debemos aportar con el doble objetivo de establecer un centro coordinador de todas las luchas y de promover los debates programáticos que nos demanda la patria que necesitamos refundar sobre la base del poder popular.
Está claro que el ataque del gobierno contra la industria tiene como primeras víctimas a sus trabajadorxs. Así lo demuestran, por ejemplo, los más de 22 mil puestos de trabajo que perdió el gremio metalúrgico en lo que va de este gobierno. La conciliación obligatoria dictada por la Secretaría de Trabajo frenó un paro en todas las fábricas del país que había sido convocado por la UOM. Sin embargo, luego de los anuncios de reducción de aranceles a productos tecnológicos y celulares importados, que ponen en riesgo la continuidad de miles de puestos de trabajo y la permanencia de miles de familias que viven en Tierra del Fuego, la seccional de la Unión Obrera Metalúrgica fueguina comenzó una huelga por tiempo indeterminado que derivó en un paro general con la adhesión de todos los gremios de la provincia.
Los reclamos se multiplican. Mientras Federico Sturzenegger, fungiendo como gerente de recursos humanos del Estado, sigue desguazando áreas y programas sociales con la mira puesta en una nueva serie de "reformas" (o sea, más recortes, cierres y despidos), lxs estatales nucleados en ATE convocaron a un paro y realizaron una protesta frente al Ministerio de Economía por salarios dignos, contra la precariedad laboral y los despidos, organizada conjuntamente con las dos CTA y la UTEP. Por su parte, en su último plenario nacional los aceiteros sostuvieron que “es hora de poner a la Argentina de pie y salir a luchar” y remarcaron la necesidad de conformar "un frente sindical" y elaborar "un programa de país de la clase trabajadora”. En tanto, trabajadorxs de la salud, de la ciencia, de la educación, de la cultura, de la prensa, como de muchos otros gremios a lo largo y ancho del país, se movilizan por sus reivindicaciones sectoriales.
Lxs jubiladxs no aflojan y la represión semanal de Bullrich tampoco. El gobierno de Milei manotea la caja del PAMI para hacer proselitismo y la caja de la ANSES para garantizar la timba financiera. La restitución de derechos arrebatados parece no ser asunto de una oposición palaciega, que juega un rol testimonial, cuando es que no termina directamente siendo cómplice del ajuste. Frente a este panorama, queda bien claro que la recuperación de la moratoria previsional y el aumento de las jubilaciones será una conquista de la unidad de lxs que luchan o no será.
Según un informe de CIFRA (Centro de Investigación y Formación de la República Argentina) de la CTA de lxs Trabajadorxs publicado en ocasión del Primero de Mayo, “la comparación del salario mínimo con las líneas de pobreza y de indigencia revela una situación peor que la del año 2001”. En paralelo, entre los números dibujados con fines electorales que el gobierno exhibe como si fueran verdaderas conquistas sociales están aquellos que señalan una supuesta reactivación del empleo.
Aún tomando esos números de referencia, lo que se desprende de ellos es que la reactivación de la que hablan se da mayoritariamente en el empleo no formal, donde crece todavía más la necesidad del pluriempleo. Pero además, la franja etaria en la que más se reactivó la ocupación laboral durante el último año, según afirma una investigación del IAG (Instituto por una Argentina Grande), es la que corresponde a mayores de 66 años. En este grupo etario el empleo entre las mujeres creció un 6 por ciento y entre los hombres un 10 por ciento. En la Argentina de la motosierra son cada vez más las personas adultas mayores que habiéndose jubilado se ven obligadas a seguir trabajando para subsistir.
Esta situación vuelve cada día más necesario gestar un movimiento en solidaridad con lxs jubiladxs y en defensa del derecho constitucional a la protesta, que pueda expresarse en las calles de todo el país. El primer "Cabildo Abierto de Jubiladxs", convocado para el 7 de junio en Buenos Aires, tiene que ser un aporte en esa dirección.
Alta tensión soberana
El nuevo acuerdo firmado transformó a Argentina en el país más endeudado del mundo con el FMI. Las exigencias que llegan del norte profundizan la deuda interna y radicalizan el plan de ajuste, entrega y represión. Es decir, radicalizan el carácter ultraliberal, neocolonial y neofascista del gobierno de Milei. Tal como reconociera el directorio del Fondo, en esta coyuntura el acuerdo firmado implica para nuestro país un “riesgo alto de tensión soberana”.
Por si hacía falta ratificar la condición de títere del imperio de este gobierno, el filtrado “Plan de Inteligencia Nacional” de la SIDE reconoce entre sus principales metas la de “identificar, reunir y analizar información sobre situaciones, actores, hechos o circunstancias que impidan, limiten o condicionen el relacionamiento estratégico con EEUU e Israel". Con el antecedente inmediato de la “llamada ley antimafias” (una herramienta que en verdad propone ir contra lxs pobres y la protesta social y no contra las mafias) este plan de los servicios de inteligencia da paso a una caza de brujas contra toda manifestación opositora que pueda llegar a desarrollarse en cualquier ámbito de la sociedad.
En un mismo contexto de supresión de garantías democráticas elementales no podemos dejar de repudiar el proyecto de ley para bajar la edad de imputabilidad a los 14 años, los recortes en programas de promoción de derechos para la niñez y adolescencia, para la inclusión a la discapacidad, la criminalización a la población migrante y la profundización de la cruzada contra las políticas de géneros y diversidades y de DDHH, así como la escalada de persecución, amenazas y represión a todo el periodismo que no aplaude lo que Milei caracterizó como un “ajuste popular”.
Esta batería de medidas antiderechos no responden al objetivo de reducción del gasto público para el déficit cero que vocifera el gobierno. Van mucho más allá. El odio de clase y la estigmatización hacia los sectores más vulnerados de la sociedad y a las voces críticas forman parte de la ofensiva ideológica oficialista para fortalecer un “sentido común” reaccionario. Este hecho se vuelve aún más peligroso con la tendencia a los discursos moderados que, con la intención "pragmática" de disputar votos por derecha, incluso llegan a reconocer que hay algo de razonable en implementar reformas regresivas, recortar derechos y acentuar el punitivismo.
Quedar atados a la hegemonía que está adoptando esta táctica significaría quedar atados de pies y manos en la lucha política e ideológica contra los enemigos jurados de nuestro pueblo. La principal barrera para frenar la avanzada neofascista y ultraliberal que acelera su marcha no son las bancas parlamentarias, sino el pueblo en la calle. Esto no significa que haya que desdeñar la importancia que tienen las elecciones legislativas de este año ni mucho menos. Pero en momentos en los que se agudizan los conflictos sociales proponer una tregua en la movilización popular no serviría más que para abonar al clima de apatía y resignación que se expresó en cada una de las elecciones que ya tuvimos este año.
Dentro de una estructura tradicionalmente conservadora cabe rescatar las palabras que sin concesiones para con el relato oficial, en el Tedeum del 25 de mayo y siguiendo la línea del Papa Francisco, pronunció el arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, señalando que “Argentina sangra en la inequidad” y, entre sus muchas críticas, denunciando particularmente la situación que padecen los jubilados "¿Hasta cuándo deberán reclamar por jubilaciones dignas?", se preguntó y le preguntó a Milei, sentado en primera fila con cara de distraído.
En esta democracia de baja intensidad no es de extrañar que el gobierno siga avanzando en los hechos con la propuesta (inconstitucional) de apelar a las fuerzas armadas para tareas de seguridad interior. El operativo Roca, que pretende disponer de 1300 soldados hacia fin de año, se excusa en el discurso de reforzar la defensa de la frontera norte contra el avance narco pero habilita el involucramiento del ejército en la represión interna. De tal manera que viene a profundizar el llamado plan Güemes, que se inauguró en el verano cobrándose la vida de dos jóvenes trabajadores: Fernando Gómez y Rodrigo Torres, en las provincias de Salta y Jujuy respectivamente y cuyos asesinatos a manos de la gendarmería de Patricia Bullrich fueron presentados oficialmente como bajas infligidas al narcotráfico.
No obstante, la presencia del Ejército en el NOA no sólo es una alerta en medio de la escalada represiva del gobierno, sino que también instala una fuerte preocupación en torno al control soberano de nuestras enormes reservas de litio en la zona, codiciadas por el imperialismo yanqui.
Por más que no haya quedado asentado por escrito en el nuevo acuerdo con el FMI, las reservas de litio del noroeste de nuestro país son la garantía de cobro de una deuda impagable, del mismo modo que lo son Vaca Muerta, la pampa húmeda y todos nuestros recursos naturales. Al respecto y sin ir más atrás en la larga historia de saqueo y expoliación del imperialismo estadounidense, debemos observar lo que está ocurriendo ahora mismo en Ucrania. Con la economía ucraniana devastada por la guerra provocada por la OTAN, el reclamo que Donald Trump le había hecho a Volodimir Zelensky en el salón oval de la Casa Blanca para cobrarse los millones adeudados en concepto de ayuda militar, hizo centro en los minerales que Ucrania posee en las denominadas “tierras raras”. Fingiendo interés por la paz, finalmente EEUU finiquitó la firma de un acuerdo que le permite explotar esos recursos estratégicos.
Tras el acuerdo con el Fondo las visitas de Scott Bessent y Alvin Holsey (a las que se les sumó por estos días la de Robert Kennedy Junior, el secretario antivacunas de salud del gobierno de Trump) vinieron a confirmar la dominación imperialista sobre nuestra patria. La base naval de los Estados Unidos en Ushuaia es un punto geoestratégico para el despliegue de la OTAN hacia nuestras Islas Malvinas y hacia la Antártida argentina y fue uno de los temas centrales que abordó Holsey en su paso por nuestro país. Las medidas que favorecen la importación tecnológica afectan directamente al régimen proteccionista para la promoción industrial en Tierra del Fuego, lo cual redundará más temprano que tarde en miles de despidos y en la despoblación progresiva de una provincia que, al mismo tiempo, pasará a ser cabecera de playa del imperialismo en la región.
Otro punto central en la agenda del actual jefe del Comando Sur fue el del control logístico de la hidrovía del Río Paraná, a cargo del Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los EEUU a partir de un convenio acordado durante las últimas semanas del gobierno del Frente de Todos y rubricado con Milei ya instalado en La Rosada. El decreto con el que se desmantela a la Marina Mercante, encargada del transporte de cabotaje tanto marítimo como fluvial, anunciado días después de la visita de Holsey es un gesto de pleitesía colonial para con el máximo jefe militar del imperialismo yanqui en América Latina.
El aumento exponencial del presupuesto militar de los Estados Unidos no hace más que confirmar la pronunciada pérdida de hegemonía global de un imperio que en su decadencia es capaz de fomentar genocidios contra niñxs recién nacidos, como está ocurriendo por estas horas en Gaza, con tal de afianzar sus posiciones geopolíticas estratégicas, entre las cuales (conviene tener presente) nunca ha dejado de estar Nuestra América, a la que siguen considerando como su “patio trasero”.
La crisis de representación política, la crisis de legitimidad de la democracia burguesa que vivimos en nuestro país y que se vive en gran parte de occidente es un reflejo de la crisis civilizatoria capitalista. El contexto nacional e internacional nos exige reconstruir la patria sobre bases sólidas de poder popular para la defensa irrestricta de nuestra soberanía y de los intereses populares.
En esta coyuntura la alternativa que necesitamos no puede pensarse para planificar un control de daños. Lo que debemos proponer, en cambio, es atacar las causas del daño social provocado por este gobierno (anti)nacional y no una “administración responsable” de los efectos devastadores de sus políticas, que hoy están destruyendo la patria y hundiendo en la pobreza y la miseria a las grandes mayorías mientras se consolida la concentración de la riqueza en unas pocas manos.
Insistimos con que esa alternativa pendiente para refundar la Argentina tiene que concebirse para avanzar con decisión hacia la liberación nacional y social.
En este sentido, un gobierno patrio no puede seguir convalidando la estafa de la deuda con el FMI, que nos condena a un futuro de dependencia. Así como tampoco puede dejar de integrarse a la CELAC y aportar a la reconstrucción de la UNASUR para fortalecer un proceso de unidad latinoamericana independentista, que rompa con las cadenas de Washington; ni quedar al margen de instancias de articulación internacional como los BRICS, para el impulso de un mundo multipolar, promotor de la paz, la solidaridad y el desarrollo común entre los pueblos, un mundo multipolar que, por ejemplo, se hizo presente el 9 de mayo en la Plaza Roja de Moscú para celebrar entre banderas rojas con la hoz y el martillo el 80 aniversario de la Victoria de la Unión Soviética sobre el nazifascismo, como legado para toda la humanidad.
Desde el Partido Comunista de la Argentina creemos que resulta indispensable en estas horas críticas en las que el capitalismo en descomposición recurre a guerras de exterminio y al neofascismo para perpetuar sus injusticias, realizar un llamamiento amplio para la elaboración colectiva de un “Plan de Reconstrucción y Liberación de la Patria”. Construyamos unidad para conquistar la segunda y definitiva independencia. Construyamos unidad para alcanzar el horizonte pos capitalista, tan necesario como posible.