Entre vetos, palos y gaseos, que cada día traspasan la línea, la Presidencia Milei mostró su Proyecto de Presupuesto con más motosierra y más ajuste. Las medidas propuestas generaron resistencia entre los trabajadores, quienes consideran amenazados sus derechos. En este contexto, el gobierno Milei le declara la guerra a los trabajadores, esperando un guiño del norte.
La semana que acabó dejó como imágenes predominantes las de la brutal represión desatada ante el Congreso Nacional y los vetos presidenciales a dos leyes, por las que se buscó otorgar una más que modesta recomposición salarial a jubilados y un poco de oxígeno para que pudiera funcionar el sistema universitario de gestión pública, universal y gratuita. Y casi en simultáneo con el momento en que los cancerberos de Patricia Bullrich volvían a repartir palos contra personas adultas mayores y cruzaban otra línea roja al gasear a una pibita de diez años, el Indec daba a conocer que de acuerdo a sus mediciones, la inflación de agosto creció nuevamente para colocarse en 4,2 por ciento.
También fue una semana en la que, desde EE.UU. se le volvió a dejar en claro a Javier Milei que, como sucede en la historia del Doctor Fausto, quien firma un pacto con el diablo nunca va a poder dejar de pagar, porque Mefistófeles va a estar siempre presente para exigir un poco más.
Por eso es que tuvo vuelo de perdiz el festejo que en La Rosada provocó la salida del jefe del Departamento Occidental, Rodrigo Valdés, como titular de la negociación que el FMI lleva a cabo con la Presidencia Milei, que percibe al ex ministro de Economía de Michelle Bachelet como “un zurdo”. Valdez es quien hasta ahora le dijo que no a los recurrentes pedidos de, al menos, quince mil millones de dólares frescos que el gobierno hizo por medio de Luis Caputo, cifra que es la que evalúa que necesita para apalancar reservas del Banco Central e intentar abrir el cepo.
Pero lo cierto es que más allá de Valdez que, vale recordar era la pata neoliberal del Gobierno Bachelet, la postura del Fondo tiene más que ver con la reticencia que algunos de sus miembros de más peso -europeos y Japón-, tienen para volver a prestarle a un gobierno que manda a negociar a Caputo, quien es el mismo que durante la Presidencia Macri participó en una idéntica misión que desembocó en el Stand-By que, tal como reconoció más tarde el propio organismo por medio de un vocero calificado como es Mauricio Claver-Carone, se fue por la cloaca de la fuga.
Y quizás por eso es que ante tanta efusividad presidencial, fue la propia titular del Fondo, Kristalina Georgieva, quien salió a apoyar públicamente a Valdés, al tiempo que aclaró que nada va a cambiar con Luis Cubeddu, que es el adjunto del chileno y que ahora tiene las riendas de las negociaciones del programa del FMI con Argentina.
“Dios aprieta pero nunca ahorca” dice un apotegma al que habría que sumarle que “el diablo tampoco”. Y esto es lo que con fundamentos sólidos pueden pensar ahora mismo en La Rosada que junto al paso al costado que dio Valdés, recibió otra noticia que dentro de la gestualidad con que se maneja el deep state estadounidense se puede decodificar como positiva. Es que el Departamento de Justicia le pidió a la jueza Loretta Preska que, antes del 6 de noviembre, no emita ningún fallo vinculado a la demanda que en su juzgado inició el fondo buitre Burford Capital que, si prospera, va a obligar a que Argentina entregue el 51 por ciento de las acciones de YPF en pago por el juicio de expropiación.
Las elecciones estadounidenses son un día antes de esa fecha, por lo que para ese momento ya va a haber nuevo inquilino en la Casa Blanca que se ocupe, entre otras cosas, de informar qué piensa sobre esa causa judicial, opinión que puede ser determinante para la prosecución de la demanda.
Lo cierto es que a esta altura del partido, en el gobierno los más optimistas todavía confían en que con la salida de Valdez se aceite un poco la negociación y el Fondo afloje, por lo menos, una cifra parecida a la mitad de lo que viene pidiendo Caputo, algo que según evalúan podría alcanzar para llenar los bolsillos de quienes alentados por el ministro de Economía entraron para hacer la bicicleta y que, calculadora en mano comienzan a ver que quizás dentro de poco el Central ya no tenga las reservas necesarias para asegurar los dólares que esperan llevarse. Y que entonces ante tal escenario opten por salir antes de que se produzca una estampida.
En esta historia Milei confía en que su As de Espadas es su relación de sumisión perruna con los intereses geopolíticos, geoestratégicos y geoeconómicos estadounidenses, con los que alineó a nuestro país desde el momento mismo que entró a Casa Rosada. Si para muestra alcanza con un botón, ahí está la renuncia a la membresía del Brics y la desestimación constante del Mercosur.
En este camino el Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones aparece, básicamente, como un diseño hecho a la medida para beneficiar a multinacionales fondos de inversión con cabecera en EE.UU., pero antes incluso hubo señales más obscenas en idéntica dirección.
Una de ellas es la que en estos mismo momentos tiene epicentro en la localidad bonaerense de Lima, donde los trabajadores se plantan ante la desactivación de la construcción del reactor Carem, que va de la mano del drástico desfinanciamiento del programa nuclear argentino (Ver ¿Por qué destruyen el proyecto Carem?). Y también el convenio que habilita a que la instalación del Cuerpo de Ingenieros del Ejército estadounidense en el corredor fluvial del Río Paraná o el estancamiento de la construcción de las represas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic que debió hacerse con financiamiento de la República Popular China.
Por otro lado, en esta lista se incluyen actos ridículos como la cancelación de la adquisición de aviones de combate rusos para comprar vetustos F17 que, además, ni siquiera están completos ya que Gran Bretaña impone restricciones al respecto, por lo que no son aptos para el combate. También el patológico hostigamiento a Venezuela, la concesión de territorio para que Washington construya una base naval cerca de Ushuaia, que fue sellado con la presencia de la titular del Comando Sur de EE.UU., Laura Richardson o la alianza que Milei estableció con el Régimen de Kiev.
Con este telón de fondo, en lo que suena como la exigencia de que La Rosada redoble su alineamiento incondicional con EE.UU., entre lo rocambolesco y lo conspiranoico, la semana Washington le advirtió a Milei que la cadena RT está reclutando y pagando “de forma encubierta a personalidades de las redes sociales” para que difundan contenido pro-ruso, vinculado a la operación militar especial que Moscú emprende en el Donbás.
Pero -hay que reiterarlo- ninguno de estos gestos políticos tuvo, hasta el momento, un correlato en la toma de decisiones que altere aquello en lo que caracterizan los análisis acerca de la marcha de la economía argentina, que publican las principales consultoras del establishment financiero. Esas voces coinciden en que la Presidencia Milei va a devaluar lo que provocaría una nueva y formidable transferencia de riqueza hacia la clase capitalista de la que son voceros calificados.
¿Entonces por qué EE.UU. se molestaría en pagar por algo que ya se le está dando gratis o por un precio muy pero muy barato? Como se ve, la pregunta sigue siendo por qué motivo el Diablo haría algo por conseguir un alma que a priori ya está condenada.
Cuestión de fe
La inflación de agosto ratifica algo que preocupa a La Rosada, ya que demuestra que el brutal ajuste, el cercenamiento de derechos adquiridos y la recesión que amenazada con golpear letalmente al aparato productivo, no alcanzan para sostener el que es uno de los argumentos que le queda a Javier Milei para legitimar socialmente el programa que ratificó el domingo al presentar el Proyecto de Presupuesto 2025. Porque “plata no hay”, pero ¿hasta cuándo habrá esperanza?
La fe no es infinita y la paciencia puede colapsar cuando la realidad imponga que, definitivamente, no queda nada más para recortar en la economía personal. Y entonces, probablemente, es en ese punto donde el individualismo extremo que favoreció condiciones para que alguien como Mieli sea presidente, acabe convirtiéndose en un boomerang capaz de pegarle bajo la línea de flotación a su gobierno.
El actual mandatario sigue confiando en que su buena estrella puede ser eterna y para esto cuenta con el apoyo de los actores de un esquema de representación política que, afectado como pocas veces antes, apuestan a proteger la institucionalidad liberal burguesa que justifica su propia existencia, al tiempo que se suben en una ola que cada quien a su manera, espera que acabe llevándolo a convertirse en el elegido para recoger lo que quede cuando este experimento acabe ¿Pero qué es lo que puede quedar? (Ver Lucha de clases).
Para responder a esa pregunta algunos datos son más que elocuentes al respecto:
- 17,2% es lo que cayó el consumo masivo en supermercados y autoservicios de barrio en agosto respecto al mismo mes de 2023, lo que representa el mayor desplome de los últimos años de acuerdo al trabajo que hizo Scentia, que es una consultora especializada en consumo.
- 13,2 billones de pesos es la masa salarial que perdieron los trabajadores desde que asumió Milei, tal como lo revela un reciente relevamiento publicado por el Mirador de Actualidad del Trabajo y la Economía, que da cuenta de que esto en promedio representa en el bolsillo de cada trabajador registrado una merma de 700.000 a 2.000.000 de pesos. Esto implica una merma de 4,2 billones de recaudación fiscal en concepto de aportes y contribuciones.
- 20,7% es la pérdida que sufrieron los ingresos del conjunto de hogares durante el primer trimestre del año respecto al mismo período de 2023, conforme los datos de un informe de Cifra-CTA que sostiene que el poder de compra disminuyó de manera drástica para el 80% de las familias de menores ingresos, lo que aportó considerablemente al incremento de personas empujadas a la pobreza y a la indigencia que aumentó en 5,5 millones y 7,5 millones respectivamente.
- 9153 es la cantidad de fábricas que bajaron sus persianas desde que Milei entró a La Rosada y los despidos ya superan los 200.300 trabajadores.
- 2,7% por debajo de los registros de noviembre de 2023, último mes sin Milei en La Rosada, es como se ubica la actividad económica que volvió a desacelerarse durante agosto de acuerdo a un informe publicado no hace mucho por CP Consultora.
- 4 de cada 10 empleadores piensa que va a reducir sus dotaciones de personal según indica la Encuesta de Expectativas de Empleo correspondiente al último trimestre de 2024 que presentó la consultora ManpowerGroup.
- 20% interanual es lo que se derrumbó el consumo de carne vacuna tal como lo señala un trabajo de la Fundación Mediterránea que advierte que esta situación tiene lugar pese a que el precio bajó un 16%.
- 245% es lo que según un trabajo del Centro de Economía Política Argentina aumentó la Presidencia Milei el gasto de la Side, con lo que se trepó a los 102 mil millones de pesos. También este trabajo da cuenta de que el Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas elevó la ejecución de su presupuesto en un 31%, para alcanzar los 14.410 millones de pesos.
- -45% es el recorte en la Superintendencia de Servicios de Salud y 18% en Anmat lo mismo que en la Anses, mientras que en el Inaes registra una caída del 69, la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia un 42, el Potenciar Trabajo un 79 y el Programa Nacional de Primera Infancia el 75%.
- 98% es el recorte en el Fonid y el Programa Conectar Igualdad.
- 8,73% es en promedio el aumento que registraron los alquileres para vivienda en la zona Amba, de acuerdo a lo que releva la organización Inquilinos Agrupados, lo que representa más del doble del 4,2 que tuvo el IPC de agosto que tal como lo exhibe el Indec en otros rubros como agua, electricidad y otros combustibles muestra una inflación del 7% para el mismo período.
- 15% lleva de acumulado la caída de la industria con Milei como Presidente, en tanto que la de la construcción registra un 20% durante los últimos siete meses, conforme la medición que hace el Mirador de Actualidad del Trabajo y la Economía.
Prime time
Si la puesta en escena que preparó el gobierno para la presentación del Proyecto de Presupuesto 2025 estaba dirigida consolidar los que hasta ahora fueron los dos principales pilares de su base de sustentación, puede decirse que el resultado fue fifty-fifty. Por un lado la brusca caída del encendido televisivo que en promedio fue superior al diez por ciento ni bien Milei apareció en la pantalla, hizo que más de uno en La Rosada esté ahora mismo poniendo las barbas en remojo, mientras comienza a preguntarse cuánto tiempo puede pasar antes que el hartazgo se convierta en rechazo hacia el Presidente.
Pero probablemente le haya ido mejor con la clase capitalista que actúa en el país que es a quien, fundamentalmente, dirigió un mensaje que en algo más de media hora ratificó un rumbo en el que, lisa y llanamente, le promete que sus integrantes van a ganar todavía más. Y todo pese a que con sólo rascar un poco en su superficie, se advierte que el mensaje presenta datos, cifras y porcentajes que no condicen mucho con la realidad.
El Proyecto prevé que para 2025 haya un superávit primario del 1,3 por ciento del PBI, antes del pago de vencimientos de deuda, así como un equilibrio financiero sin emisión monetaria ni nuevo endeudamiento, con una inflación anual del 18,3 por ciento, en tanto que estima que el precio oficial del dólar va a ser de 1.200 pesos y crecimiento del PBI de un cinco por ciento.
En este punto vale destacar que tal como lo había expresado hace cerca de un mes al presentarse en el Consejo de las Américas, esta vez Milei volvió a hacer hincapié en que su gobierno no va a contraer deuda, ya que "llegamos a un punto en el que nadie nos presta más plata", pero como en esa oportunidad, inmediatamente, deslizó un "por ahora" ¿Representa esto un dato para quien sepa leer entre líneas de que recibió algún guiño de parte de ese deep state?
Guiño o no, lo cierto es que el Proyecto de Presupuesto vuelve a reafirmar el Modo Motosierra y anticipa una situación compleja para los gobernadores, sobre todo para aquellos que rápidamente se subieron al barco timoneado por Milei. Pero también para los legisladores. El Presidente ya demostró que puede hacer correr La Banelco para ganar favores ¿pero le va a alcanzar para cumplir con los objetivos que se plantea en el Proyecto, más aún en un año en el que gobernadores y legisladores van a tener que someter la vigencia de sus propias estructuras en elecciones de medio término?
Porque la cosa es que anoche Milei les pasó la pelota, cuando dijo que el gobierno nacional ya cumplió y que entonces son los mandatarios provinciales quienes ahora van a tener que hacer un gran esfuerzo que en números sería de sesenta millones de dólares. Eso es mucha plata, es decir, mucha inversión que van a tener que dejar de hacer si quieren cumplir.
"Esta guerra que llevamos adelante contra el gasto público y el costo argentino, se pelea en todas las dimensiones del Estado y también en las jurisdicciones provinciales y municipales, por eso a los gobernadores les digo: cumplir el compromiso de bajar el gasto público consolidado a veinticinco puntos del PBI, requiere que las provincias en su conjunto hagan un ajuste adicional de sesenta mil millones de dólares", dijo Milei y recalcó que "nosotros ya hemos cumplido nuestra parte del acuerdo, ahora faltan ustedes".
Lo que evitó decir el presidente es que las transferencias del Tesoro Nacional a provincias y municipios ya fueron severamente reducidas y si para muestra alcanza con un botón, ahí está el Fondo de Fortalecimiento Fiscal para la Provincia de Buenos Aires que sufrió un recorte del cien por ciento o la Asistencia Financiera a Provincias y Municipios que cayó en un 99 por ciento. Sí, esto es, que se suprimieron estos recursos.
Pero eso no es todo. Otras áreas sumamente sensibles que fueron afectadas son Educación, Salud y Obra Pública. En el primero de los casos el ejemplo más elocuente es el del Fondo Nacional de Incentivo Docente y el Programa Conectar Igualdad, que fueron recortados en un 97 y 87 por ciento respectivamente, lo que hizo que varias provincias tuvieran que disponer recursos propios para que pudieran seguir dictándose las clases.
Por su parte, en lo inherente al área sanitaria, la motosierra alcanzó sobre todo a programas críticos que merced a recortes que en algunos casos llegan al 97 por ciento, quedan prácticamente paralizados. Y en el caso de la Obra Pública la cosa no es mejor, ya que la paralización es absoluta, lo que afecta programas provinciales y municipales, algo que trae aparejado también un drástico incremento de la desocupación. Por citar un caso, en Santiago del Estero estaba en marcha un plan de viviendas por el que se prevé la construcción de sesenta mil unidades habitacionales, esto es, hogares que quedaron sin terminar y trabajadores que hoy deambulan por las calles buscando una changa para poder comer.
Con este telón de fondo y con el encendido más bajo de la historia del prime-time, en medio de una ciudad militarizada y sin adherentes que lo acompañen, más allá de los ñoquis que poblaron los palcos de la Cámara Baja, Milei acudió al Congreso para escribir otro capítulo de una narrativa que mucho tiene que ver con una suerte de “mundo de fantasía”, al que apela el gobierno que remite a una construcción intencionada que se condice con el lugar que el sistema capitalista otorga a la Argentina en el mundo.
Pero a todo esto también hay que añadirle una cuota de crueldad y cinismo que expresa la Presidencia Milei a la hora de ocultar el desastre económico que está perpetrando. Y para ello no se priva de nada a la hora de lanzar bombas de humo.
Se trata de “un cambio cultural” que desde el gobierno se jactan de ir consolidando en el plano simbólico. Pero en donde cada vez queda más claro que no hay bases sólidas es en la dimensión económica, tal como volvió a exhibirse en el mensaje que dio ayer Milei, ya que la fragilidad de la economía argentina respecto a los vaivenes internacionales siempre fue un peligro latente y este gobierno la logró incrementar como nadie antes.
Es que además de jugar todas las fichas a una adscripción insensata con el bloque que componen EE.UU., Gran Bretaña e Israel, acrecentó los desequilibrios que derivan de una bomba tiempo compuesta por el déficit comercial, los intereses de la deuda y la inflación, acompañada por la destrucción del mercado interno. Entonces este mundo de fantasía que pretende exhibir como viable el Proyecto de Presupuesto 2025, no es producto de la locura sino más bien del cinismo. Y entonces, queda claro que la guerra no es contra el gasto público, sino contra los trabajadores.