Así lo resaltó desde el MUI de la UNQui, Uma Rey, de cara a la jornada de movilización que mañana va a atravesar el país en el contexto de la Marcha Federal Universitaria. “Estamos peor que el 23 de abril porque el gobierno no dio el aumento acordado y los docentes resignan tomar horas para hacer otras tareas y así poder llegar a fin de mes”, advirtió.
“Esta marcha también es para los diputados… para demostrarles que estamos plantados, que tenemos opinión y que vamos a mantenernos firmes, porque esta educación pública es nuestro futuro y el futuro del país que necesitamos construir”, recalcó durante la previa de la Marcha Federal de mañana, Uma Rey, quien estudia Profesorado de Historia en la Universidad Nacional de Quilmes (UnQui) donde es consejera departamental por el Departamento de Ciencias Sociales.
Como se recordará, tras la irrisoria oferta de recomposición salarial que la semana pasada hizo la cartera de Capital Humano (Ver A la calle para defender la Universidad Pública), docentes junto a no docentes y estudiantes ratificaron la realización de la jornada nacional de protesta que mañana miércoles va a tener epicentro en la Ciudad de Buenos Aires, al tiempo que recorrerá el país para decirle no al anunciado veto presidencial a la Ley de Financiamiento y también para demandar un presupuesto que incluya todo lo que las universidades necesitan para funcionar adecuadamente.
Pero asimismo, durante los últimos días se supo que la Presidencia trabaja en un proyecto tendiente a traspasar las universidades a las provincias. La iniciativa que impulsa el principal asesor de Javier Milei, Santiago Caputo, prevé que el Estado Nacional disponga fondos mínimos para las universidades, mientras que el resto quede en manos de cada distrito provincial.
La idea poco tiene de original y mucho de peligrosa. Durante la Presidencia de Carlos Saúl Menem, se hizo algo parecido con buena parte del sistema de Salud y de los niveles primario y secundario de la Educación: en ambos casos los resultados fueron absolutamente negativos. Y hay algo que ahora es peor aún, ya que mientras Milei piensa en sacarse de encima a las universidades, desfinancia drásticamente a las provincias con lo que si prospera la iniciativa, estaría poniendo sobre las arcas provinciales una responsabilidad que en muchos casos no se podría afrontar.
“Esta propuesta viene para intentar hacer que, en este debate sobre el financiamiento, las universidades dejen de reclamar al gobierno nacional y pasen a hacerlo a los de las provincias en donde están radicadas sus sedes”, reflexionó Uma Rey y añadió que “resulta paradójico que quieran que pasen a provincias en las que el propio Estado Nacional no les da fondos vitales para el funcionamiento, que le corresponden por ley, a esas misma provincias” que además “deben hacerse cargo de la educación primaria y secundaria, e incluso de nivel inicial ”.
Pero el proyecto también le apunta por debajo de la línea de flotación a la autonomía universitaria. “Esto pone en jaque la posibilidad de las universidades de tener su propio financiamiento”, reitera la integrante del MUI de la UnQui y añade que “también dificultaría la interrelación que hoy tenemos entre universidades que formamos parte de una confederación en las que todas, de cierto modo, estamos reunidas en mesas nacionales, algo que con el proyecto de Milei y Caputo se rompería”.
Y, en esta dirección, advirtió que asimismo “se destruirían acuerdos existentes entre universidades que nos permiten hacer, por ejemplo, talleres de investigación y carreras en conjunto”, algo que se puede ver en experiencias como “la Universidad Virtual que hoy en día permite que alumnos de la UnQui que viven en otras provincias, puedan rendir sus exámenes en otras universidades a las que la nuestra está asociada en una red que forman las universidades públicas argentinas, que se rompería si avanza la idea de Milei y Caputo”, con lo que “los principales perjudicados seríamos los estudiantes que perderíamos la posibilidad de acceder a estos espacios de formación”.
Por otra parte, “se pondría en riesgo el acceso a una formación de calidad”, ya que “al depender el financiamiento de cada provincia, las posibilidades presupuestarias dependerían de la capacidad de recaudación que tenga cada provincia”, lo que “provocaría que se establezcan universidades de primera clase y otras de segunda, cuando hoy todas las universidades sin distinción, al menos en teoría, reciben la misma cantidad de dinero por parte de Nación”.
Poniendo el hombro
Así las cosas, lo que la jornada de mañana va a volver a poner sobre el tapete es la defensa del sistema de educación público, universal y gratuito de Argentina que toda la comunidad universitaria está llevando a cabo y que tuvo su primer gran hito con la Marcha Federal que, el 23 de abril, expuso como principal bandera el reclamo por un presupuesto que garantizara que muchas universidades no tuvieran que cerrar sus puertas a mitad de año.
Desde entonces la cosa lejos estuvo de mejorar y lo que aparece es un escenario que está atravesado por salarios docentes que desde que asumió Milei perdieron más de la mitad de su poder adquisitivo, además de estudiantes, profesores y no docentes que en muchos casos tienen serias dificultades para poder llegar hasta la facultad porque los constantes tarifazos dispararon sideralmente el precio del boleto de transporte público.
Pero la cosa también empeoró porque desde aquel lejano abril, la Presidencia Milei profundizó la represión de la protesta, tal como quedó expuesto últimamente con la imagen de agentes federales armados hasta los dientes atacando a jubilados y hasta gaseando a una nena de diez años.
Y es con este telón de fondo que Sandra Petovello, quien como titular de la cartera de Capital Humano quedó a cargo del área educativa después de que Milei decidiera cerrar el Ministerio, hace poco, volvió a exhibir su desprecio hacia el sistema educativo cuando en declaraciones públicas aseveró que no sabe “qué es lo que se hace en las aulas”.
En la misma sintonía, el diputado José Luis Espert mintió descaradamente al sostener que los docentes universitarios tienen sueldos de dos millones de pesos. Pero quizás lo más patético sea lo del secretario de Educación, Carlos Torrendell, quien indicó que las universidades “inventan alumnos” para inflar las matrículas y obtener mayor presupuesto ¿Lo habrá dicho por bruto o sólo por malintencionado?
Lo cierto es que tal como lo denuncia Uma Rey, “estamos peor que el 23 de abril, porque el gobierno ni siquiera efectuó aumentos que se supone que estaban acordados pero nunca aparecieron, y los docentes están cobrando un salario pésimo que incluso hace que haya muchos que deban resignar tomar horarios, porque deben dedicarse a hacer otras cosas para poder llegar a fin de mes”, algo que “hace que disminuya la oferta académica que tenemos y la cantidad de clases que podemos sostener”.
Y fue clara al puntualizar que “estas cuestiones salariales no son ajenas al estudiantado” que atraviesa una situación que en muchos casos llega al límite. Esto lo saben muy bien los alumnos que forman parte del MUI de la UnQui, espacio que integra el frente que preside el Centro de Estudiantes y que, por supuesto, no se quedan con los brazos cruzados ante esta situación.
“Tenemos una cafetería que es donde también se puede medir un poco la situación económica que atraviesan los estudiantes y los docentes”, explicó Uma Rey y remarcó que “vemos muy seguido a estudiantes que entran, preguntan por el precio de algo y se van”, por lo que “desde el cuatrimestre pasado comenzamos a ofrecer en los horarios de ingreso de mañana y tarde, meriendas y desayunos gratuitos, simples pero que aportan para que los estudiantes puedan pasar todo el día en la universidad”.
También añadió que “tenemos reservas de termos y vemos como algunos alumnos se llevan el termo y están todo el día a fuerza de mate u otra infusión que, probablemente, sea la única ingesta de alimento que tengan durante la jornada… duele pensar qué clase de calidad educativa pueden tener alumnos que durante todo el día no pueden comer y a los que seguramente también les cuesta llegar hasta la facultad, porque los tarifazos constantes en el transporte público de pasajeros van haciendo que viajar en colectivo o tren sea algo privativo, y que cuando vuelven a sus casas deben pagar tarifas y alquiler exorbitantes”.
Esta es la realidad de la que Milei, Petovello, Espert, Torrendell y toda su troupe se burlan descaradamente. Pero todavía hay más. “Las becas Progresar quedaron estancadas en veinte mil pesos, yo sólo en Sube para concurrir a la universidad estoy gastando mensualmente alrededor de veintidós mil pesos”, destaca Uma Rey y lamenta que “la beca Progresar no alcanza ni siquiera para solventar el gasto de la Sube”.
Por eso es que, sin dudarlo, la integrante del MUI de la UnQui hace hincapié en que de cara a la jornada de movilización de mañana “preparamos esta nueva marcha con mucho entusiasmo y aunque no tenemos esperanzas en la respuesta del gobierno, esperamos que recapacite”, pero fundamentalmente que “el resto de la sociedad se de cuenta de que está en riesgo la posibilidad de tener como país un futuro mejor”.