La relatora especial de la ONU sobre los Derechos Humanos en los Territorios Palestinos, Francesca Albanese, recibió amenazas contra su vida a raíz del informe que tituló “Anatomía de un genocidio”, donde señala la responsabilidad israelí en la masacre del pueblo gazatí.
Francesca Albanese es la relatora especial de la ONU sobre los Derechos Humanos en los Territorios Palestinos y, como tal, formó parte de la acusación de genocidio que se hizo no hace mucho contra el Estado Israel en la Corte Internacional de Justicia de La Haya, a partir de una presentación realizada por el Estado sudafricano.
La semana pasada, Francesca Albanese fue amenazada de muerte, tal como lo había sido durante los momentos previos a la presentación del informe en el que demostró que hay motivos razonables para sentar a Israel en el banquillo de los acusados, como consecuencia del genocidio que perpetra en la Franja de Gaza. Se trata del informe que presentó ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, titulado “Anatomía de un genocidio” que Tel-Aviv rechazó de plano. “Recibo amenazas”, dijo la relatora cuando fue consultada al respecto, pero argumento que ninguna de ellas la hizo considerar que debía tomar precauciones adicionales, al menos hasta ahora.
Tras lo que añadió que aunque recibe constantes presiones, “nada de esto cambia ni mi compromiso ni los resultados de mi trabajo”, pese a que “se vivieron momentos difíciles”, ya que “siempre me han atacado, desde el principio de mi mandato”. Y, entre estos ataques, aparece el que llevó a cabo el gobierno israelí, que públicamente salió a cruzar a Albanese, diciendo que con su informe estaba “deslegitimando la propia creación y existencia del Estado de Israel”.
El informe concluye que los líderes ejecutivos y militares, pero también los soldados de Israel “han subvertido intencionadamente sus funciones de protección en un intento de legitimar la violencia genocida contra el pueblo palestino”, por lo que “la única inferencia razonable que puede extraerse de la revelación de esta política, es una política estatal israelí de violencia genocida contra el pueblo palestino de Gaza”.
Como se recordará, la presentación que hizo el Estado sudafricano, se basa en evidencias que dan cuenta del carácter genocida de las acciones que Tel Aviv perpetra en la Franja de Gaza contra el pueblo palestino y, en tal sentido, denuncia que las fuerzas de ocupación israelíes cometen crímenes vinculados a la aniquilación de la población civil y el desplazamiento de los moradores de la Franja, lo que incluye a niños y mujeres, así como la destrucción sistemática de infraestructura pública (Ver Sudáfrica acusa).