Los organismos de Derechos Humanos de Salta celebraron las condenas que recibieron los ex policías Joaquín Guil y Carlos Feliciano Estrada por delitos aberrantes perpetrados contra Tomás Ricardo Cuadri. “A este juicio Cuadri lo esperaba hace años”, señaló Laura Leonard de la Ladh.
El Tribunal Oral Federal 1 de Salta condenó a diez años de prisión al ex director de Seguridad de la Policía de esa provincia, Joaquín Guil, mientras que el ex agente de esa fuerza Carlos Feliciano Estrada, alias El Perro, recibió una pena de cinco años. En los dos casos los jueces Federico Santiago Díaz, Mario Marcelo Juárez Almaraz y Marta Liliana Snopek establecieron que Guil y Estrada son penalmente responsables de haber perpetrado delitos de lesa humanidad durante la década de 1970 del siglo pasado.
Las condenas tienen que ver con los allanamientos, detenciones y las torturas que fueron perpetrados contra Tomás Ricardo Cuadri, que fue secretario del ministro de Gobierno Enrique Pifester Frías, cuando Miguel Ragone era gobernador provincial y fue secuestrado y desaparecido el 11 de marzo de 1976.
Guil y Estrada fueron acusados por el fiscal ad hoc Juan Manuel Sivila y el fiscal general Carlos Amad, por su participación en un operativo que se llevó a cabo el 21 de abril de 1976 en el que una banda policial entró a la vivienda de Cuadri a quien se llevaron a la Central de Policía donde fue torturado.
Recién el cinco de abril recobró su libertad, lo volvieron a secuestrar el 8 de septiembre, también después de allanar su casa de donde lo sacaron encapuchado y así lo llevaron hacia un descampado donde fue sometido a un simulacro de fusilamiento, ante de trasladarlo hasta la Central donde fue torturado y permaneció más de dos meses.
Y casi tres años más tarde, el 31 de enero de 1979, personal de la Brigada de Investigaciones de la Policía de Salta volvió a allanar la casa de Cuadri para detenerlo y llevarlo nuevamente a la Central, donde volvieron a torturarlo hasta que lo soltaron el 6 de febrero.
“Este juicio es algo que Cuadri venía esperando desde hace varios años”, señaló desde la Liga Argentina por los Derechos Humanos de Salta (Ladh), Laura Leonard, quien además recordó que “todos estos años él se cruzaba por la calle con sus torturadores y eso era algo que le causaba mucho dolor e impotencia”.
Pese a esto, la integrante de la Ladh lamentó que “hay varios imputados que quedaron sin recibir una condena porque murieron durante la instrucción de la causa”, por lo que “la sensación ahora es de una enorme alegría, ya que Ricardo Cuadri y su familia pudieron cerrar un capítulo de su vida que no les permitía estar tranquilos”.
Y tras recordar que en su provincia “hay una docena de juicios esperando que los Tribunales Orales Federales pongan fecha de inicio”, advirtió que la puesta en marcha de estos procesos se enfrenta con que varios magistrados ya actuaron en diferentes causas, por lo que deben excusarse, pero “sin embargo el hecho de poder proseguir tanto con las instrucciones de las causas como con los juicios es algo que nos da mucha alegría”.