Otra vez la ONU se pronunció contra el bloqueo impuesto en octubre de 1960. Sólo Israel acompañó la postura de EE.UU. El PCA instó a que “los pueblos del mundo sigamos manifestando en forma activa nuestra solidaridad con Cuba, su pueblo y su Revolución”.
Hoy, la Asamblea General de la ONU se volvió a pronunciar contra el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto desde hace más de cinco décadas por EE.UU, contra Cuba.
Lo hizo por una abrumadora mayoría de 189 de sus miembros que apoyaron la Resolución que adoptó en esa dirección, en la que no hubo ninguna abstención y en la que las únicas voces disonantes fueron las de EE.UU. e Israel.
Esta fue la vigesimoséptima ocasión consecutiva, desde 1992, en que la comunidad internacional representada en el principal órgano deliberativo de la ONU, exige de manera categórica que Washington cese con cerco que aplica sobre la Isla.
Tal como ocurre cada año, esta vez EE.UU. presionó a los países miembro en su intento por ganar adeptos a su postura, al tiempo que maniobró buscando desacreditar la posición cubana, al presentar ocho proyectos de enmiendas que no encontraron demasiado respaldo.
A la hora de argumentar contra el bloqueo, fueron muchas las voces de organizaciones globales y regionales que se alzaron para denunciar el impacto negativo que esta política estadounidense tiene sobre la situación socioeconómica del pueblo cubano.
Pero, asimismo, se hizo hincapié en la violación a los derechos humanos que constituye el bloqueo que, además, entorpece las relaciones del país caribeño con el resto del mundo.
Un triunfo
La medida fue celebrada por el Partido Comunista de Argentina, que planteó que significa un triunfo de la coherencia, pero también de la resistencia del pueblo y el gobierno revolucionario.
También denunció que “la medida que el Imperio sostiene desde hace más de cinco décadas, es criminal y provocó pérdidas terribles que el gobierno y el pueblo cubano supieron enfrentar con entereza”, tras lo que instó a que “los pueblos del mundo sigamos manifestando en forma activa nuestra solidaridad con Cuba, su pueblo y su Revolución”.
Por su parte, el canciller cubano, Bruno Rodríguez, denunció que la Casa Blanca persiste en su política de manipulación y vulgar politización “del deseo universal de garantizar los derechos humanos a todas las personas”.
Y fue claro al señalar que “así lo ha hecho al presentar enmiendas a la resolución ‘Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por EE.UU. de América contra Cuba’”.
Tras lo que insistió en que su país está dispuesto a hablar sobre derechos humanos y desarrollo sostenible “en cualquier órgano, momento y bajo cualquier tema pertinente de la agenda”, al tiempo que “alienta el diálogo y la cooperación en esas cuestiones”.
Pero, remarcó, el gobierno de EE.UU. “no tiene la menor autoridad moral para criticar mi país ni a nadie en materia de derechos humanos”.